Rafael Cornejo Armenta -el presunto asesino de Manlio Fabio Altamirano político electo para gobernar en el estado de Veracruz en 1936 y quien desayunaba en “El Café Tacuba” de la Ciudad de México, con su esposa y con algunos colaboradores de su equipo— que escapara como entró, de manera rauda y fugaz y sin ser molestado ni detenido, narró, posteriormente, que tres sicarios más y él, echaron a un sombrero sus nombres y que, Manuel Parra Mata, el jefe de “La Mano Negra” y de ellos, lo agitó tapándolo con su mano para sacar luego uno de los papeles depositados y así salió su nombre. Cornejo Armenta se lo platicó a un familiar mío con el que se hizo amigo y, además, se hicieron también cómplices para “robarse” a una “muchacha” en Tlapacoyan, Ver. (Pero esa, ya es otra historia…).
Se preguntarán, amables lectores, el por qué de resaltar la acción del comerciante y exminero hidalguense Manuel Parra Mata, al frente de “La Mano Negra” en la región del Totonacapan Veracruz-Puebla, a partir de su llegada para adquirir la hacienda de Almolonga del municipio de Naolinco, Veracruz. Desde donde extendió su accionar, dominio y servicios desde esa misma zona, la sierra de Misantla, diversas comunidades que rodeaban a Xalapa, Perote, Tlapacoyan hacia Nautla, Vega de Alatorre y Plan de las Hayas y de regreso hacia Teziutlán, Xiutetelco, Alchichica, Tlatlauquitepec, Zacapoaxtla y Cuetzalan y otras poblaciones más del Totonacapan.
Y una de las respuestas es que, en torno a “La Mano Negra” , coincidió la transición del último presidente militar, Manuel Ávila Camacho, al entregar la presidencia al finalizar su mandato al civil, licenciado Migue Alemán Valdés quien había sucedido al asesinado Manlio Fabio Altamirano como gobernador de Veracruz puesto con el que inició su carrera a la presidencia de la República Mexicana el político de Sayula.
El avilacamachismo y el alemanismo, surgidos ambos del Totonacapan, van a ser piezas claves en la transformación total y modernización del país— para bien o para mal—, y que entre otros hechos y con los cambios a suceder, se da el del PNR, creado por Plutarco E. Calles. El PRM, fundado por Lázaro Cárdenas y en el ahora PRI, constituido por Ávila Camacho-Alemán Valdés y con ello se consolida el poder por 71 años de la “Dictadura Perfecta”, así bautizada por Vargas Llosa y que va a engendrar la alternancia política en nuestra democracia contemporánea.
Vicente Fox, Felipe Calderón, con el PAN. Luego, nuevamente Peña Nieto con el PRI hasta la llegada de López Obrador con Morena y la 4T, no se entenderían en la vida democrática mexicana sin esos cambios y transiciones de los Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés. Apuntalados y apoyados por Manuel Parra Mata y su grupo de “La Mano Negra”.
De ahí que recurriendo a nuestro cronista vitalicio de Tlapacoyan, Alfonso Diez García, concluimos con lo que nos dice:
“Manuel Parra era terrible, decía: ‘El que no sirva para matar, que sirva pa’ que lo maten’.Murió de silicosis, una enfermedad de los pulmones provocada por la inhalación prolongada del polvo de silicio que arrastraba desde que era minero en Pachuca. En su lecho de muerte, Parra mandó llamar a Justo F. Fernández, (quien era esposo de Alicia Antonieta Ávila Camacho, la hija mayor de Maximino) y le dijo que lo iba a nombrar su sucesor al frente de La Mano Negra. Una petición de Parra, sobre todo de ese tipo, era como una orden y éste estaba acostumbrado a que se le obedeciera. Justo, entonces, temió por su vida y no pudo decirle que no, pero afortunadamente para éste la silicosis acabó con la vida de Manuel Parra Mata antes de que Justo fuera formalmente ungido con el mando ante los integrantes de ‘La Mano Negra’. Se calcula que ‘La Mano Negra’ perpetró por lo menos 10 mil asesinatos en diez años”.
Víctor Bacre