La presidenta del Instituto Estatal Electoral María Magdalena González Escalona manifestó que la reforma electoral enviada por el gobernador Julio Menchaca al Congreso del estado de Hidalgo, la cual busca armonizar el código a nivel local con la Constitución Política, busca otorgar derechos electorales a los indígenas, además de la eliminación de los consejos municipales para cada proceso de renovación en ayuntamientos y que los periodos de los gobiernos en las demarcaciones tengan una duración de tres años, como señala el artículo 12 de la Carta Magna en la entidad.
González Escalona señala que es necesario el fortalecimiento de las leyes y la renovación según el avance democrático que requiere el país; sin embargo, no está de acuerdo en eliminar a los consejos; por el contrario, indicó que se deben fortalecer sus responsabilidades para llevar a cabo el voto de la ciudadanía, sabiendo que la iniciativa pone en riesgo y duda los resultados finales, provocando un conflicto social poselectoral, genera incertidumbre de un posible fraude.
Pese a todo, la intensión del gobernador, con la iniciativa, es reforzar los derechos político-electorales de los pueblos originarios, y aún así, los diputados han invalidado el proyecto del gobernador al rasurar los resultados relevantes de la consulta indígena, pese al gasto y pérdida de tiempo al buscar involucrar a los pueblos en una decisión pública y regularizar juntos sus derechos.
Así es como queda la iniciativa, fuera de la aprobación que la mayoría de las etnias hidalguenses opinó y aprobó anteriormente. Permitiendo la apelación y la posible inconformidad ante derechos humanos estatal y nacional, por hacer este tipo de invasión en la decisión del gobernador y los grupos indígenas, acto que merece una carpeta de investigación a quienes han metido mano para generar este tipo de crisis social innecesaria. Con todo esto se desvía la importancia de la participación ciudadana y genera desconfianza en la toma de decisiones apegadas a la ley y las necesidades del grupo indígena. Aunque la mayoría del Congreso votó una iniciativa fallida antes de nacer, deja un mal sabor y no están concentrados en servir al pueblo.