Las tres palabras constituyen elementos para detectar los discursos y crímenes de odio. “El odio, visible e invisible, siempre tiene consecuencias: atenta contra la dignidad y la igualdad de las personas”, por eso resulta más que urgente su estudio y visibilización. El odio también es violencia y ésta, cuando es visible, se clasifica generalmente en física y verbal. Cuando es invisible, los estereotipos, los prejuicios y la discriminación son permanentes contra el individuo o contra el grupo objeto del discurso o crímenes de odio.
Imaginemos una pirámide que nos permita “medir” o “ubicar” la punta del odio en la parte superior, en la cúspide. Aquí estarán la violencia física en el punto más alto y, por debajo de ésta, la violencia verbal. En la parte inferior encontramos la base de ese odio estarán los estereotipos, los prejuicios y la discriminación. Por lo tanto, todo el odio comienza con los estereotipos y ese odio escala a niveles superiores hasta convertirse en atentados y crímenes.
Un estereotipo es una imagen creada respecto de los otros. Esa imagen tiene como fuente de alimentación en la gran mayoría de las veces, lo que se “dice” o “se publica” en medios o redes sociales de “los otros”. Ese estereotipo suele adelantar un juicio o una opinión, sesgando o distorsionando lo que verdaderamente es el grupo o “el otro”. Un estereotipo es lo que uno cree. Por su parte, “Un prejuicio consiste en tener una opinión o idea acerca de un grupo sin realmente conocer al individuo”. Un prejuicio es lo que siento. Entonces, con estos dos elementos, decidimos actuar -opinar, escribir, hablar, publicar, analizar, conceptualizar y actuar- en contra del grupo objeto de un discurso de odio teniendo como mayor motivación el destruir a ese grupo, utilizando muchas veces la “libertad de expresión” o los medios de comunicación para hacerlo. Finalmente, la discriminación es cómo actúo impulsado por eso que creo y siento -aunque sea totalmente equívoco- respecto del otro.
Con estos elementos podríamos identificar el discurso de odio, pero es necesario profundizar aún más en estos conceptos. Eso lo haremos la siguiente semana.
Sara S. Pozos Bravo