Para ofrecer algo de luz sobre los comportamientos políticos observados particularmente durante la semana pasada, quizás valdría la pena recuperar de entre los estudios dedicados a los partidos políticos y la competencia político-electoral, aquella propuesta teórico-metodológica de Belloni y Beller (1976), que busca poner especial interés en el entendimiento de las llamadas facciones partidistas, a las que llaman “agencias de competencia”.
Desde esta óptica es plausible avanzar hacia un mejor entendimiento de los comportamientos adoptados recientemente tanto por legisladores como presidentes municipales postulados por el Partido Movimiento Ciudadano (MC); quienes no dejaron pasar la oportunidad que les brindó el cumplimiento del mandato de rendición de cuentas a la ciudadanía sobre su desempeño legislativo o gubernativo -según el caso- para expresar abiertamente sus aspiraciones políticas al interior de su partido de cara al proceso electoral que se avecina.
El propio gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, reconoció y dio la bienvenida a todas y cada una de estas aspiraciones individuales que interpretó como una fortaleza de MC Jalisco, al disponer de una amplia gama de liderazgos altamente competitivos en su interior, y además todos ellos han mostrado la suficiente altura de miras para construir los acuerdos políticos internos necesarios en torno a un proyecto colectivo que les permita refrendar en la urnas la confianza ciudadana para continuar gobernando Jalisco.
Para la consecución de dicho propósito, los liderazgos al interior de MC Jalisco deberán tener presentes las lecciones sobre lo ocurrido a nivel nacional, a fin de descartar del abanico de opciones disponibles, tanto la fórmula basada puramente en sondeos de opinión realizadas por casas encuestadoras, que privilegió el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); como la vía de los acuerdos cupulares entre las dirigencias de los partidos políticos que conforman el Frente Amplio por México, prescindiendo del mecanismo de participación ciudadana previamente acordado por esas dirigencias. Así, la innovación procesal es crucial para procesar y legitimar acuerdos.