Tras un mes de escuchar casi 30 testimonios y tres días de deliberación, el pasado martes, doce integrantes del jurado del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, EE. UU., emitieron por unanimidad su veredicto de culpabilidad en contra de Genaro García Luna, condecorado secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Los delitos por los que fue procesado son delincuencia organizada; conspiración para la distribución internacional de cocaína; conspiración para la distribución y posesión de cocaína; conspiración para la importación de cocaína; y falsedad de testimonio. El pronóstico es una pena en prisión que rondará entre los 20 años y cadena perpetua.
Un juicio por el que mucha gente madrugó para dar la primicia, otros que la aprovecharon para su estrategia política para las próximas contiendas electorales, incluso otros más que acudieron a gritar afuera del juzgado “eso no hubiera sido posible en México”. Y es precisamente ese tipo de consignas las que ponen en la mesa, de cara a toda la ciudadanía que no ha dejado de consumir la noticia, la gravedad del mensaje que envía el juicio de García Luna: su detención, proceso y sanción se deben a una justicia que NO es la mexicana. Y más aún, se ha hablado mucho de sobornos millonarios que no hacen más que reiterar una agenda que lamentablemente sigue sin ser prioridad en todos los órdenes de gobierno, el combate a la corrupción y su atención a partir de sus causas, no por algunas de sus consecuencias que parecerían más bien enviar con una cada vez mayor nitidez el mensaje de que depende de quién se trate.
En un contexto en el que la gente se ha enfrentado a la disyuntiva de atender, por un lado, los ataques y reclamos hacia un país que contribuyen en proyectos para mejorar las condiciones de justicia, o por el otro, el festejo que su justicia es más eficaz que la mexicana ¿Cuál será la siguiente noticia después de que dicten sentencia a García Luna? ¿en unos años, en lugar del juicio contra el rostro de la lucha contra el narcotráfico, será contra el rostro contra la corrupción o el rostro contra la injusticia? La noticia debería ser que en México se atienden todos los reclamos de mejores fiscalías, policías, ministerios públicos, poderes judiciales, legislativos y ejecutivos, que realmente cuenta con instituciones sólidas y autónomas que no subestiman la inteligencia de la ciudadanía aprovechándose de una justicia que sí se cumple, pero no en el país. Que la consigna sea que “eso sí es posible en México”.
Ricardo Corona ** Abogado especialista en análisis de políticas públicas en materia de justicia y estado de derecho.