Con el tercer informe de gobierno, tan sobrado en resultados que se multiplica por dos, está implícito el proceso sucesorio de 2024, concurrente con estados como Puebla.
En Palacio Nacional, en el primera fila de los asistentes, del gabinete y legal y ampliado, se observó el lugar privilegiado de la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Este es el contexto nacional sucesorio, pero lo relevante es el impacto que tendrá en la sucesión gubernamental local.
Vale la pena citar las recientes declaraciones del coordinador de los senadores Ricardo Monreal, respecto a sus aspiraciones.
“Soy un hombre serio, un político formado en la calle, ha sido mi vida siempre de adversidades, nunca ha sido cómodo y no me autoengaño; creo que puedo convencer a mucha gente dentro de Morena, que a pesar de no ser preferido y excluido, de que puedo dar mejores resultados”, declaró en entrevista con Ciro Gómez Leyva.
Es importante la postura de Monreal respecto a sus posibilidades, porque fue excluido de la lista de posible sucesores, dicho por el mismo Presidente.
Uno de los primeros daños colaterales en Puebla por la exclusión de Ricardo Monreal de la carrera presidencial es el poblano marinista Alejandro Armenta Mier, parte de tribu zacatecana.
Armenta fue la punta de lanza del monrealismo en Puebla para enfrentarse con el entonces candidato a la gubernatura, Miguel Barbosa Huerta.
Alejandro Armenta, ex presidente del CDE del PRI y ex secretario de Desarrollo Social en el sexenio de Mario Marín Torres, se la jugó de manera incondicional con Monreal en su proyecto por la candidatura presidencial, porque harían el uno-dos.
El cálculo político de Armenta está fincado en la “fórmula” con Monreal en 2024: él a la gubernatura de Puebla, y Ricardo a la candidatura presidencial.
Está claro que Monreal no es el “delfín” del Presidente, ni Armenta del gobernador; el escenario es muy complicado para las aspiraciones del marinista que no es de las simpatías de la influyente Bertha Luján, con picaporte en el Palacio Nacional.
Si traicionó al PRI, ¿por qué no darle la espalda a Ricardo Monreal, el zacatecano excluido y denostado?
Pablo Ruiz