A la terna que llegará finalmente a la sesión plenaria del Congreso local fue incluido Juan Carlos Díaz Carranza, al parecer impulsado por el grupo legislativo predominante como el titular de la Auditoría Superior del Estado.
Empero, parecen existir impedimentos para que Díaz Carranza se convierta en el auditor superior: es originario de Pachuca, Hidalgo, y a su vez tiene una patente de notario en el estado de Oaxaca desde 2016.
La Ley del notariado de Oaxaca le obliga a ser oaxaqueño y en aquel estado vecino se requiere una residencia de cinco años para ser notario.
Sin embargo, para ser auditor superior del estado de Puebla, el “tapado” busca inscribirse por la titularidad de la ASE con una constancia de residencia de más de 10 años en Cholula, pero trabaja en la CDMX desde hace 2 años, es decir, es un ser omnipresente.
Algo irregular existe en este aspirante, porque la Ley del Notariado para el Estado de Oaxaca, de acuerdo con el Artículo 28 de las Obligaciones de los notarios, establece que “los notarios ejercerán sus funciones en el Distrito para el cual fueron designados; en él establecerá su oficina y residencia y no podrán cambiar el domicilio de su notaría sin autorización del titular del Poder Judicial del Estado”.
Para actuar fuera de su distrito darán aviso previo al Director General de Notarias, respecto el Distrito Judicial en el que actuará.
Esta Ley del Notariado oaxaqueño especifica que el “notario debe residir en el lugar donde ejerce sus funciones y de ser único, dará aviso de su ausencia temporal a efecto de que lo sustituya el juez que corresponda”.
Como se puede observar, Díaz Carranza tiene residencia en dos estados, o bien enfrenta un conflicto de interés, o está mintiendo, o tiene el don de la ubicuidad, porque es omnipresente.
Los que no tendrían dificultad para figurar en la terna son el priista morenista Francisco Ramos y Eligio Sierra Peña, pero a quien no dejaron pasar fue a Alberto Segovia, con estigma de ser morenovallista.
