Comprender la realidad es tarea compleja. Complejidad escamoteada por la prisa o el miedo a encontrarnos con realidades indeseadas lo cual nos lleva versiones hasta inverosímiles de los sucesos y de las cosas. Con frecuencia, al encontrarnos ante hechos no deseados o retadores solemos tratar de simplificarlos y evitar así las dificultades inherentes a aceptar lo intenso de tales hechos. Y, con mucha frecuencia, al aceptar la realidad no deseada solemos culpar a otros del sucedido. Esos otros, humanos todos, quienes también tienen su propia versión diversa a la nuestra – a veces muy contraria – nos confrontan y así, todos nos deslizamos hacia el conflicto.
Instalado el conflicto se acude a la autoridad, quien con las normas y disposiciones legales lo resolverá, al menos lo intentará.
En el libro “El silbido del arquero”, novela escrita por Irene Vallejo en 2016 y publicada por Random House en 2022 se muestran, como parte de la trama de los personajes, varios ejemplos de esa complejidad. Uno de los personajes literarios de esa obra es el dios Eros, divinidad de los antiguos griegos responsable del amor y el erotismo, que se entromete con la pareja de personajes protagonistas de la novela para ayudarles a encontrarse por amor y, unidos, luchar contra las adversidades que acosan a ambos.
La autora escribe en voz de Eros una expresión que describe la complejidad de comprender la realidad. Eros piensa así de su tarea frente a la pareja: “Los efímeros mortales no imaginan el trabajo tan delicado y desconcertante que supone favorecer sus amores y es que en los asuntos humanos todo se desliza tan fácil, tan imperceptiblemente hacia el conflicto.” (op cit pág. 156)
En las últimas semanas se han divulgado sucesos de la vida pública, digamos espinosos, tales que han suscitado versiones encontradas. “Espionaje del ejército”, una versión. “Inteligencia”, la otra, la oficial. Las diversas versiones, nos recuerda la filosofía, no importan. Los hechos, las cosas “son como son”. Eros, el personaje de Vallejo lo explica: “…las palabras de los efímeros humanos mortales son en el fondo conjuros para que se cumplan sus deseos.” (op.cit p. 160)
Los conjuros, las dudas, el no saber, resultan insoportables. Nos lleva a tejer los hechos para verificar una versión aceptable y en conflicto con otras versiones. Los hechos, las cosas son como son.