El inicio de la vacunación contra el covid-19 en algunas naciones y el arribo en este mes de las primeras dosis a nuestro país son una gran noticia de fin de año; permite a la humanidad y a México vislumbrar por fin una salida a esta crisis sanitaria. Si bien la creación de varias vacunas en tiempo récord es una noticia alentadora, un logro muy importante de la ciencia y de la técnica, no podemos, ni debemos confundirnos y menos confiarnos. Nos encontramos en uno de los puntos más complicados de la pandemia.
Dos datos ilustran la situación: más de 69 millones de contagios y casi dos millones de fallecimientos en el mundo bastan para identificar las dimensiones de la crisis. Por ello, todos los gobiernos destinan sus mayores esfuerzos para contener la pandemia y poder adquirir lo más pronto posible la vacuna. En este contexto, la iniciativa que México presentó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que todas las naciones puedan tener acceso a las distintas vacunas adquiere sus verdaderas dimensiones.
Las primeras dosis de la vacuna contra covid-19 llegarán cuando México enfrenta un rebrote en varias regiones del país, que si no se atiende con la responsabilidad necesaria puede llevarnos a una situación muy complicada. Al momento, solo Campeche, Chiapas y de manera muy reciente Veracruz se encuentran en semáforo color verde, algunos pocos en amarillo, la mayoría del país en naranja y otros han vuelto al color rojo. Más allá de los colores del semáforo todos los indicadores de la pandemia van en aumento y el reto es cómo contenerlo, más aún cuando ya estamos en las celebraciones de fin de año y enfrentamos situaciones climatológicas desfavorables.
Siendo realistas, el proceso de vacunación llevará todo 2021 y el primer trimestre de 2022. La llegada misma de las diversas vacunas y la estrategia nacional de vacunación, presentada por el Presidente el pasado martes 8, representan un enorme reto logístico, por lo tanto, en lo inmediato y para por lo menos la mitad del próximo año, México tendrá que enfrentar la pandemia con los mismos recursos con los que ahora lo ha hecho: higiene, distanciamiento social, el fortalecimiento de los sistemas de salud, la atención temprana y lo que considero lo más importante, la participación de la sociedad.
Debemos de convencer a la población de la necesidad de tener un comportamiento responsable y adecuado. Se trata de un gran pacto comunitario para cuidarnos, cuidar a nuestros seres queridos y cuidar a la sociedad. A estas alturas de la pandemia todos tenemos un familiar o un conocido que han sido víctimas de esta peste o que haya visto afectado su bienestar por las condiciones generadas por la pandemia. Esta Navidad y Año Nuevo serán diferentes, pero lo que no podemos permitir es que, como dijo la canciller alemana Ángela Merkel, sea la última Navidad que pasemos con nuestros abuelos. Y yo agrego, que no sean los últimos festejos con nuestros seres queridos que padecen alguna comorbilidad. Depende de nosotros.
@MBarbosaMX