Hoy se da a conocer el registro de delitos al mes de noviembre de este 2020 por parte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (si otra cosa no sucede) lo que nos dará una radiografía de cómo se comportó la delincuencia durante el presente año, misma que no minó ni tantito la pandemia pues la violencia provocada por los grupos delictivos nunca disminuyó, lejos de ello el número de homicidio dolosos rompió un nuevo récord.
El número de carpetas de investigación abiertas por las fiscalías o procuradurías estatales tampoco disminuyeron, la percepción de inseguridad que mide el Inegi aumentó y de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad, los mexicanos cada año gastamos más en implementos para nuestra protección.
Cada año se invierte más dinero en seguridad, salvo el próximo año en que el gobierno federal decidió desaparecer el Fondo para el Fortalecimiento de la Seguridad en los Municipios, (Fortaseg) para desviar los recursos a las fuerzas federales dejando de lado la atención desde lo local de un problema tan sensible como es la seguridad.
Se creó la Guardia Nacional, se hicieron modificaciones a cuanta ley se quiso, todo siguiendo los lineamientos que solicitaron las autoridades encargadas de la seguridad el país, se creó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en la que estuvo al frente Alfonso Durazo, hoy aspirante al gobierno de Sonora y que nunca dio los resultados que se esperaban.
Entonces, a dos años de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador podríamos agregar otro gran pendiente como es resolver el grave problema de violencia en nuestro país, que la 4T ya no digamos no ha logrado disminuir, ni siquiera contener, cuando se aseguró que ellos traían la receta para “sosegar” al país. Queda claro que no hay política de “abrazos y no balazos” pues las muestras de afecto están lejanas y las balas se detonan todos los días a toda hora.
El único “pez gordo” que podrían presumir haber detenido es el cabecilla de un grupo criminal local y se trata de José Antonio “N” alias El Marro y lo peor del caso es que fueron autoridades locales las que lo detuvieron, pese a que se suponía que había una coordinación con los tres niveles de gobierno la cual solo aparece en el discurso pero no en la realidad.
Pero lo aquí narrado estimado lector, no es todo lo sucedido, sino que todo parece indicar que en México seguiremos contando muchos más “nunca antes” donde la brutalidad del acto subsecuente será peor que la anterior y las cosas lejos pero muy lejos de mejorar, para nuestro pesar van a empeorar.
