No me interesa hablar o explicar el origen del conflicto en Medio Oriente que hoy ocupa los titulares de los medios a nivel mundial, hoy solo quiero expresar mi repudio al horror que viven miles de seres humanos que se han visto afectados por el lastre que significa un conflicto bélico, la gota que derramó el vaso fue el ataque a un hospital en Gaza, del que cobardemente nadie se ha querido hacer responsable y que ha dejado más de 500 muertos.
Pero se trata de los seres humanos en condiciones más vulnerables que ha llevado a cientos de manifestaciones en el mundo, efecto deseado por quienes perpetraron este acto cruel y cobarde, tratando de ensuciar la imagen de un enemigo, a costa de acabar con la existencia de niños, mujeres y hombres indefensos.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, desde el comienzo de la guerra, se ha documentado la muerte de unos mil 300 ciudadanos israelíes y unos 3 mil 200 han resultado heridos. Por su parte, en Gaza han muerto 2mil 750 personas y más de 7 mil 500 han resultado heridas.
También han muerto 14 empleados de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNWRA). “Eran profesores, ingenieros, guardias, psicólogos y un ginecólogo”, declaró el domingo a los periodistas el comisario general de la agencia, Philippe Lazzarini. Todo esto en apenas unos cuantos días.
Y hoy más que nunca resuena en mi mente aquella frase fue creada por el comediógrafo latino Plauto en su obra Asinaria Homo homini lupus “El hombre es el lobo del hombre” lo que me lleva a reflexionar respecto al ambiente cada vez más violento que vivimos en el mundo.
México si bien es cierto no es un país en guerra vive tal vez una de sus peores crisis de violencia que ha tenido en toda su historia, incluso superior a los momentos en que hemos tenido guerras intestinas. La barbarie de los grupos delictivos no es muy diferente a la que ejercen los grupos terroristas y la cantidad de muertos solo en el sexenio ya rebasa los 160 mil.