No me cabe duda, si el presidente Andrés Manuel mantiene su discurso y su acción de no represión, el país se le saldrá de las manos, y es que frente a los disturbios y destrozos ocasionados por golpeadores, troskistas, extremistas, radicales o como se les quiera llamar, no existe más respuesta que salir a defender aquello que tiene un valor histórico invaluable e inconmensurable, me refiero a nuestros monumentos históricos, pero además defender y hacer valer la ley para que nadie tenga el derecho de destruir lo que me pertenece, me refiero a los edificio públicos, cuyos dueños somos los mexicanos.
Andrés Manuel insiste en no caer en provocaciones, pero los provocadores pagados por los grupos que han visto vulnerados sus intereses de clase, seguirán mandándolos para desestabilizar a este gobierno; no pararan de hacerla hasta el momento en que Obrador ordene actuar a la fuerza pública, que para eso es, para defender, no para reprimir. Aquellos jóvenes mercenarios que se dejan seducir por unos cuantos pesos para ir a romper manifestaciones y causar caos, frente a la fuerza pública activa se la pensarán dos veces para regresar. En Chile, el cual pasó por años de represión y angustia, representa uno de los países mas democráticos del mundo, pero eso no detiene a sus autoridades para que con el uso de la fuerza pública desbloquee avenidas o carreteras tomadas por los manifestantes, tampoco los limita para detener a aquellos que no respeten las normas de sana convivencia, eso es democracia, libre expresión con el respeto de todos. Presidente de México, ya basta de simulaciones, ordena la aplicación de la ley, permite al ejército y a la guardia nacional salvaguardar la vida de sus integrantes, porque un soldado y un policía también es pueblo, y su vida vale tanto como la de cualquier mexicano.
