No es nuevo decir que el Isssteleón está en problemas, que ha sido víctima de malos manejos y de decisiones irresponsables y lo que se quiera añadir. A nadie se le olvidan nombres como Mi Casita y Metrofinanciera. El punto ahora, preocupante en serio, es que el sistema de pensiones del Estado está a unos pasos del abismo. Y que tiene que seguir andando. Y que no tiene una red protectora a la vista.
Nada menos que el tesorero del estado, Carlos Garza Ibarra, puso el dedo en la llaga ayer en una rueda de prensa después del Foro de Finanzas Públicas: este año son 4 mil 820 millones lo que Nuevo León destina al pago de pensiones. En 2017 serán 5 mil 200 millones.
Estos números significan que el Estado ya no puede: a los 5 mil 200 millones de Isssteleón habrá que sumarle cerca de 3 mil millones de servicio de la deuda. La nota de Daniela García en la página 10 reproduce una frase de Garza Ibarra: “Estamos hablando de más de ocho mil millones... Para un presupuesto que anda en los 70 mil millones u 80 mil millones de pesos. Estamos hablando del 10 por ciento del presupuesto”. ¡Gulp!
Y peor todavía. Según el tesorero, esto aumentará decididamente durante los próximos 10 años. Otro ¡gulp!
Porque hay que decir que no es el único retraso que nuestros gobiernos tendrán que enfrentar.
Cualquier ciudadano sabe que poner al día el estado, en términos de infraestructura y de seguridad, cuesta y costará mucho más de lo que hay.
Un ejemplo de lo primero lo viven a diario los habitantes del sur de Monterrey. Las ideas de vías alternas ahí están, pero no hay dinero. El crecimiento de la ciudad ha dejado pendientes que no se podrán poner al día en años. Y el costo de esta insuficiencia se paga en horas hombre, en vidas sin la calidad deseada, en pérdidas impagables.
Y con respecto a la seguridad también. Buenos policías significa buenos sueldos, buena formación, buena tecnología, buen equipamiento.
Nuevo León es un estado rico con un gobierno quebrado, como dijo el tesorero. Y esto ya no es sólo una frase.
