Con rentabilidad electoral en mente, AMLO despliega para Claudia, la ruta de las tareas pendientes para instalar un régimen autoritario en el país.
Estas son las etapas o tareas por completar de 2024 a 2030:
a. Obtener, en el mejor de los casos, mediante una Reforma a la Ley de Pensiones, recursos de las Afores de los trabajadores que rondan los 40 mil millones de pesos, para pagar los votos que sean necesarios este próximo 2 de junio o, en su defecto, generar la percepción entre la clientela electoral de Morena que “su gobierno (busca) darle a los trabajadores el 100 por ciento de su salario al retirarse, pero que es la oposición la que lo frena”.
La reforma para crear el Fondo de Pensiones para el Bienestar será votada en el Pleno del Congreso este lunes 22 de abril.
b. Evitar en el futuro, cualquier oposición a la 4T mediante la protección que brinda la figura del amparo.
Por lo cual, AMLO busca modificar la ley de amparo para prohibir las suspensiones contra leyes y decretos y soslayar, de esta manera, “las garantías constitucionales (derechos humanos) de los mexicanos” que estarán incapacitados para “suspender la ley o reivindicar el daño patrimonial que ésta pudiera ocasionar”.
Ahora, ¿cuántos trabajadores -contrarios al Fondo de Pensiones para el Bienestar -de aprobarse- podrán ampararse?
Sin embargo, desde una óptica electoral: Muchos amloistas están hartos del cómo esta figura del Amparo, ha detenido, una y otra vez, las obras faraónicas de AMLO y, con ello, el curso de “la transformación”.
Mientras esto ocurre en el bando de AMLO y de Claudia; Xóchitl camina titubeante entre los partidos políticos coaligados y la Sociedad Civil de las 32 entidades del país.
Éstos la miran distraídos, preocupados por sus intereses y sus respectivos aparejos. Ella, reflejada en las clases medias y altas la abrazan con una esperanza que pudiera rebasar el 2 de junio, el desdén patriarcal del PRI, PAN y PRD.
Dos mujeres caminan para conquistar un poder definido a imagen y semejanza del hombre.