De los refrescos y la obesidad
El Congreso de la Unión aprobó una serie de leyendas para advertir al consumidor de la existencia de carbohidratos, grasas, sodio, etc. Yo señalé que esa acción no va a servir para combatir la epidemia de obesidad, y lo sigo pensando. Sin embargo, ahora se discute el precio de las bebidas con azúcares, sobre todo fructosa, y esto sí es importante, porque el aumentar los precios sí disminuye el consumo, como fue el caso del cigarro.
El problema en México es que no tenemos una educación básica en el tema de la nutrición, pues en lugar de consumir leche con el desayuno o agua durante el día, consumimos bebidas edulcorantes. Esto produce una dicotomía entre lo bueno de la ley y el impacto financiero para los pobres.
De ahí la necesidad de una educación sobre la nutrición, preventiva y continua, no solo en la escuela, sino en todos los medios y en las redes sociales, porque que la obesidad es causa de muerte por enfermedades vasculares, diabetes y muchas otras patologías.
DESCARTES: Pienso, luego existo… El aumento de precios funciona, pero golpea a los marginados. La educación funciona para todos, pero todos debemos participar.