Sus problemas son sus virtudes.
Por supuesto que Ildefonso Guajardo tiene la capacidad demostrada para gobernar Nuevo León y no solo tiene el apoyo de cuatro ex gobernadores, sino que cuenta con experiencia federal y también de relaciones exteriores. Es un hombre honesto, sencillo y auténtico, con mucha experiencia y conoce muy bien Nuevo León.
Sin embargo, dada la época que vivimos, donde las cosas parecen ir en forma inversa a la calidad o a la capacidad, sus virtudes son precisamente sus mayores defectos, pues no es populista y no prometerá cosas que no pueda cumplir; tampoco sacrifica sus principios y menos aún dice mentiras o se identifica con la marginación y la pobreza, y jamás explotaría a ese grupo de ciudadanos.
Estos son verdaderos problemas, pero su mayor carga es ser miembro del PRI, aunque espero que el síndrome de olvido y los cambios vertiginosos de la época hagan que la gente vuelva a encontrar el punto del círculo, que es el de buscar lo que un personaje puede hacer, aprovechando las ventajas de su personalidad.
Descartes: Pienso, luego existo… Si Ildefonso puede quitarse la carga del pasado, podrá gobernar muy bien.