“Revisión del Tratado de Guadalupe Hidalgo”.
Cuauhtémoc Cárdenas es todo un personaje, no solo porque es hijo del gran Lázaro Cárdenas, a quien describe muy bien en su libro Cárdenas por Cárdenas, pues también ha sido candidato a la Presidencia de la República y su pensamiento liberal ha alimentado la democracia en nuestro país. Recientemente se asoció con un jurisconsulto de la Ciudad de México y pidieron una cita con el Presidente para presentarle un proyecto de revisión del Tratado de Guadalupe Hidalgo, en el cual México entregó, bajo coacción, los territorios de los ahora estados de los EU: California, Nuevo México, Arizona, Utah, Texas, Colorado y otros.
Esta iniciativa es una respuesta a la política de Trump, quien debería estar enterado de lo que estos buenos abogados están impulsando. Me refiero a que ese tratado, que se firmó en 1848, está alejado del derecho nacional e internacional, pues en caso de guerra, como sucedió en esa época, primero se firma la paz y luego se hacen los tratados.
En el caso de nuestro país se firmó cuando México estaba ocupado por tropas al mando de los generales Taylor y Scott, quienes bajo presión obligaron a las autoridades a ceder nuestro territorio por 15 millones de pesos, siendo firmado bajo presión militar por el presidente de la Suprema Corte de Justicia, encargado del Poder Ejecutivo, Manuel de la Peña y Peña, y mediante el cual se cedieron 2 millones 378 mil 539 kilómetros cuadrados.
El problema, según los jurisconsultos y conforme lo describen los tribunales internacionales, es que ese acto fue ilegal, porque fue firmado bajo la esclavitud del territorio ocupado, por lo que debería anularse y procederse a una nueva fórmula de conciliación, y aunque es difícil que nos devuelvan el territorio, los tribunales internacionales puede hacer que nos compensen con miles de miles de millones de dólares.
Creo que todo esto debe hacer pensar a Trump, que mientras él juega al aislamiento y a construir un muro, México es capaz de defenderse, recordándole a EU que tiene una deuda con nuestra país, porque actuó de forma ilegal, y por eso debe tenernos contentos, pues a diferencia de otros, somos un país que tiene identidad cultural, nacionalismo con apertura y solidaridad internacional, y respeta la soberanía y la no intervención en los asuntos de otros países (García Robles, Premio Nobel de la Paz 1982).