Soy docente y este fue mi primer semestre de clases en el que pedí que por favor no me llamaran “miss”, me presenté como “ella” y pedí si alguien deseaba ser llamada o llamado diferente a su nombre y género de lista, me lo hicieran saber.
Fue un ejercicio tal vez atrevido, pero tuvo frutos muy gratificantes.
En medio de mi experimento progre, se viralizó el caso de une estudiante que pedía le llamaran “compañere” y fue agredide.
En los últimos días se mediatizó el video de una maestra exigiendo que no le llamen miss, porque “no soy la señorita del Vips”.
A mi parecer, el caso del alumne era su derecho y el de la docente también, sin embargo, venía cargado de elitismo, y no de justicia social.
La abundante desinformación al respecto del lenguaje inclusivo es casi imposible de combatir, imagino la mayoría de las personas prefiere opinar antes de informarse, tomar un manual.
Es más fácil rechazar algo que me incomoda, antes de autoanalizarme.
A nadie le gusta que le llamen elitista, machista, racista o más, pero es momento de pararnos frente al espejo y analizar nuestros comportamientos.
Es momento de cuestionarnos todo, ¿para qué servirá que no me llamen miss en clase, si no empatizo con la comunidad LGBTQI+, en situación de pobreza, migración o más?
Si la defensa de mis derechos y mi búsqueda por la justicia social va a opacar, insultar, agredir o descalificar otras personas, entonces no lo estoy haciendo bien.
Si, por mencionar un ejemplo, puedo comprender que en las estructuras sociales no es lo mismo ser mujer a hombre, pero no logro vislumbrar que no es lo mismo ser mujer-blanca a mujer-indígena, entonces propago un mensaje equívoco, y por ende desvirtúo la causa en lugar de apoyarla.
Es momento de cuestionarnos todo y la falta de formación e información en el tema no puede esperar, para que nuestras buenas intenciones no se vean estorbadas por el resto de las discriminaciones estructurales que aún nos falta deconstruir en un constante proceso de incomodad y cuestionamiento, siempre tratando de ser mejor para todas, todos y todes.