Cultura

Ensalada de locos

  • Columna de Laura Ibarra
  • Ensalada de locos
  • Laura Ibarra

Un presidente pidiéndole permiso a la madre tierra para instalar un tren en la península de Yucatán, un secretario de educación afirmando que “ahora sí ya se vale copiar”, un secretario de Seguridad Pública afirmando que el pato “a” es diferente a los anteriores patos “b” y “c”, por la sencilla razón de que el pato “a” se llama “Guardia”... La enumeración bien podría incluir más desatinos, pero está columna se conforma con dar ejemplos que ilustran que la 4T cada semana se supera a sí misma en una carrera precipitada por darle al caos dimensiones poco vistas.

¿Por cierto, escuchó a la secretaria de Gobernación afirmando que ella había solucionado el problema de la migración centroamericana sólo en cinco días? Con la mano abierta, para que nadie fuera a pensar que sólo fueron cuatro (desde aquí, proponemos a la exministra, que no ha gobernado ni el pueblo más minúsculo de este país, para Premio Nobel). Además, señaló que las caravanas migratorias ya no eran tema. (¿En qué mundo vivirá la exministra?).

El último tren a Kúupulo´ob

¿Cuándo fue la última vez que abordó un tren en México? ¿Por qué le preguntó esto? Porque la respuesta deja en evidencia que carecemos de un ejemplo real que nos permita pensar que una ruta de ferrocarril tenga posibilidades de ser el detonante económico de alguna región en México. En los últimos cien años esto no ha ocurrido. El último ejemplo fue en los tiempos de Don Porfirio, cuando pudimos presumir que teníamos una impresionante red ferroviaria. Claro que la red de trenes no evitó la Revolución, sino que por el contrario de vez en cuando les permitió a los revolucionarios transportarse más cómodamente que a lomo de caballo. Hasta la Adelita se tomó la foto en el tren.

La construcción del ferrocarril efectivamente ha traído cierta prosperidad en algunas regiones fuera del país, pero también tragedias, por ejemplo, en los Estados Unidos. Cuando se construyó el tren hacia el “salvaje oeste”, tierras que no tenían ningún valor, pues nadie podía llegar a ellas, se valoraron. Conforme se construía el ferrocarril, la tierra se volvía más cara. Esto hizo que el despojo a las tierras de las tribus indígenas y su aniquilación se precipitara. Así que la historia no justifica para nada un tren en tierras mayas.

Pero, la duda sobre la viabilidad de que un ferrocarril detone el desarrollo de pueblos indígenas proviene sobre todo de la estructura turística que ya tiene la península de Yucatán. Si Usted ha viajado a la región, sabe de qué le estoy hablando. En la región, el imán fundamental para turistas internacionales y nacionales son las playas, la bellísima región del Caribe, con sus aguas azulverde y su arena blanca, tiene un magnetismo que supera cualquier cosa.

El turista en la región generalmente llega a un hotel que le ofrece servicios todo incluido. Si usted pretende visitar las ruinas mayas, el hotel le ofrece un servicio impecable en pequeños y cómodos camiones, con bebidas y guía incluido que lo transporta al corazón mismo de las ruinas, sin necesidad de hacer cola para comprar boletos de entrada. Y lo devuelve a su hotel de manera segura y confortable a precios más o menos competitivos.

Quienes han buscado otras opciones, saben que la renta de automóviles, los servicios turísticos con guías en diferentes idiomas, o simplemente la red de transportes de autobuses satisfacen muy bien la demanda.

Así que existen muy serios elementos para dudar de la rentabilidad y el costo-beneficio del Tren Maya. Los expertos aseguran que sólo el tramo Cancún-Chetumal es rentable. Lo demás no tiene ninguna perspectiva de éxito. Además, los ambientalistas no dejan de insistir en el desastre ecológico que representa un tren en medio de la selva alrededor de Calakmul: cada kilómetro implica derruir 500 árboles.

Creo que la madre tierra se equivocó al darnos su autorización o el intérprete no entendió bien su respuesta (así que exijo que la vuelvan a interrogar).

Seguramente que la construcción del tren aumentará el empleo en la zona por un tiempo, pero que este medio de transporte se convierta en el detonador de un desarrollo sostenible en la región está por verse.

Auto eléctrico y el futuro del petróleo

La semana pasada la empresa Ford anunció que dejará de producir el modelo Fiesta en la planta de Cuautitlán, estado de México, para iniciar la producción de un vehículo eléctrico. La compañía afirma que se trata del primer vehículo completamente eléctrico que fabricará una empresa automotriz en México.

De igual manera, General Motors cerrará algunas de sus plantas en Norteamérica, la compañía se ha fijado como prioridad la producción de autos eléctricos y autónomos y pretende liderar la carrera por desarrollar los autos del futuro.

La empresa china BAIC planea igualmente construir autos eléctricos en México que saldrían al mercado en 2022. ¿Qué le quiero decir con esto? Que en el futuro las necesidades de petróleo y gasolina disminuirán y que la idea de construir una refinería en Dos Bocas debería reconsiderarse bajo esta perspectiva. No vaya a ser que tengamos petróleo cuando ya nadie lo necesita.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.