Política

Noviembre electoral II

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En los últimos días se han producido importantes elecciones en América Latina. En el plazo de una semana se realizaron las elecciones legislativas de medio termino en Argentina, las regionales (gobernaturas y alcaldías) en Venezuela, y las elecciones presidenciales en Chile.

En el caso de Argentina, la coalición oficialista del Frente de Todos, sufrió una derrota de 9 puntos porcentuales frente a la coalición macrista Juntos por el Cambio. La performance electoral kirchnerista y peronista fue mejor de lo que habían sido las PASO (Primarias Abiertas, Simultaneas y Obligatorias), pero aún así el resultado implica que pierde la mayoría en el Senado, pues pasa de 41 a 35 senadores sobre 72, aunque podrá llegar a esa mayoría fácilmente mediante acuerdos con fuerzas regionales. En Diputados el Frente de Todos no tenía mayoría, y seguirá conservando una mínima ventaja sobre el macrismo.

Es difícil explicar cómo dos años después de que la derecha perdiera las elecciones en una Argentina donde había aumentado la pobreza, la desigualdad y la deuda externa, las y los electores han decidido apostar de nuevo por esa opción política. A priori, una de las primeras conclusiones parece ser que la crisis desatada por la pandemia, tanto de salud como económica, ha sido determinando en el castigo a la coalición gobernante de centro-izquierda.

Pero el resultado al mismo tiempo es un retroceso para las aspiraciones electorales de cara a la elección presidencial de 2023 de Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno de la capital, Buenos Aires, y vienen a fortalecer al ala dura de la derecha macrista, a lo que se suma el avance “libertario” que lidera Javier Milei, quien obtuvo el 17% de los votos y tendrá la tribuna de la Cámara de Diputados como altavoz de sus ideas ultraderechistas.

Otro ultraderechista, y pinochetista en este caso, José Antonio Kast, ganó las elecciones presidenciales chilenas con el 28% de los votos, aunque seguido muy de cerca por el ex líder estudiantil de centro-izquierda Gabriel Boric, con el 26%. Kast y Boric disputarán la segunda vuelta el 18 de diciembre donde será fundamental cuantos votos articulan de los espacios políticos tradicionales. Los votos de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista que presentaron a Yasna Provoste (11’61%) deberían ser para Boric, junto con el 7’61% obtenido por Marco Enríquez-Ominami, pero quizás no sea suficiente para un Kast que probablemente aglutine los votos de Sebastián Sichel (12’79%) y una parte del voto obtenido por Franco Parisi, quien en una campaña peculiar, desde Estados Unidos, por Facebook y YouTube, y con un fuerte discurso anti sistema y anti élites, logró el 12’8% de los votos, situándose en tercer lugar.

La segunda vuelta está abierta, pero quizás un poco más desfavorable para Gabriel Boric, que obtuvo 1.8 millones de votos, los mismos que obtuvieron en las primarias de julio el propio Boric y su rival en la interna, el comunista Daniel Jadue. El reto será movilizar abstencionismo ante el riesgo de que un candidato de ultraderecha y pinochetista pudiera ser Presidente de Chile.

Más allá del cono sur, en Venezuela, y con una participación del 42’26% (nada mal teniendo en cuenta que en las presidenciales chilenas votó tan solo el 47% del electorado), el Partido Socialista Unido de Venezuela ganó 20 de 23 estados y alrededor de 205 de 335 alcaldías. Este resultado demuestra que el PSUV es la única maquinaria electoral del país, y que a pesar de la crisis económica para una buena parte de la población la oposición es infinitamente peor que el chavismo gobernante.

Y para cerrar este noviembre electoral, este domingo 28 se celebran elecciones presidenciales en Honduras, con mucha posibilidad de que Xiomara Castro, esposa de Mel Zelaya a quien desalojaron del poder en 2009 mediante un golpe de Estado, gane finalmente las elecciones en un país destrozado socialmente por el neoliberalismo, en un escenario que se asemeja de alguna manera al de México en 2018.

A modo de conclusión, podemos afirmar que más allá de resultados coyunturales, la crisis provocada por la pandemia golpea por igual a gobiernos de todos los signos y tendencias políticas, y no se avizora en el horizonte cercano, en los años que se aproximan, un dominio ni de gobiernos progresistas ni de gobiernos de derecha.

Eso sí, en 2022 este empate relativo podría cambiar con las elecciones presidenciales en Colombia y Brasil, el otro país latinoamericano, junto a México y Argentina, del G20.


Katu Arkonada

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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