Mucho cuidado. Mucho cuidado, prudencia e información debe tener el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo. Debe tener cuidado con quiénes se reúne durante sus encuentros con las autodefensas, o con autoridades municipales y estatales. Debe tener cuidado con quiénes pacta o acuerda…
Castillo se reunió el pasado miércoles en Tepalcatepec con varios dirigentes de las autodefensas y con quien, en una imagen, es identificado como Juan José Farías, alias El Abuelo, señalado por el Ejército y la PGR como lugarteniente del cártel de Los Valencia, o cártel del Milenio. La reunión se llevó a cabo en una propiedad de Farías, según publicó el diario Reforma, que retomó imágenes de dicha junta difundidas el jueves en el programa Punto de Partida, de Denise Maerker, transmitido en Televisa. El funcionario fue a Tepalcatepec acompañado por el general Miguel Ángel Patiño, comandante de la 43 Zona Militar, y por Enrique Galindo, comisionado de la Policía Federal.
Farías (el mismo que aparentemente está en las imágenes) fue detenido en 2009 por la Secretaría de la Defensa Nacional, acusado de ser “lugarteniente”, “narcotraficante” del cártel del Milenio. La PGR, en 2006, lo había vinculado también con el narco Zhenli Ye Gon y con Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, presunto líder del cártel Jalisco Nueva Generación.
El año pasado, pocos meses después de que sus comunidades se levantaron en armas, dos líderes de las autodefensas me platicaron por separado cómo tenían que resistir tres tipos de embates, más allá de las balaceras, emboscadas, levantones y ejecuciones que padecían de parte de Los caballeros templarios: uno, que provenía de los mismos Templarios, cuyos líderes los contactaban reiteradamente para tratar de negociar a través del ofrecimiento de sumas millonarias de dinero, diplomacia que terminaba en cuanto se negaban a tal cosa, y los narcos procedían entonces a amenazarlos y a atacarlos; el segundo tenía como emisor al cártel Jalisco Nueva Generación, que de la misma manera les ofrecía sumas estratosféricas y armas para combatir a los Templarios, a cambio de que les permitieran realizar sus negocios de narcotráfico, entre los que destacaba la instalación de laboratorios para cocinar metanfetaminas, actividad que era común en toda la zona desde hace muchos años; y el tercero, una penetración hormiga en las autodefensas de miembros de ambos cárteles.
Los dos líderes me expresaban su alarma por esa posible contaminación de las autodefensas, y me detallaban los esfuerzos que tenían que realizar para impedir tan nocivo transfuguismo. “No nos levantamos en armas para que esta gente simplemente venga a hacerse pasar por autodefensa, porque son criminales que al rato van a querer hacer lo mismo que siempre han hecho”, me decía uno de estos líderes.
Castillo debe pedir toda la información que le sea necesaria tanto a la PGR (se lleve o no bien con el procurador Jesús Murillo Karam), como a los grupos de inteligencia del Ejército y la Policía Federal. Y no estaría nada mal que, una vez que tenga todos esos datos, les exija a los líderes de las autodefensas que hagan más estricto su derecho de admisión, y que saquen de sus filas de inmediato a aquellos sujetos sobre quienes haya indicios o evidencias de tener nexos criminales, ya sea que se trate de gente de la tropa, de asesores, de empresarios que los financian, o de mandos medios y altos entre ellos.
Cuidado, mucho cuidado, comisionado Castillo, se confirme o no lo de Farías…