Cultura

Ana Frank: dos casualidades y un género literario

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  • Ana Frank: dos casualidades y un género literario
  • José Luis Vivar

La historia cuenta que el 12 de junio de 1942 una niña que cumplía trece años recibió como regalo un diario, en el que se propuso contarle todo lo que hasta ese momento no había podido hacer con otra persona. Sin saberlo, lo que escribiría en los próximos dos años la convertirían no solo en una autora famosa, sino en una de las voces más representativas del holocausto judío. Su nombre Ana Frank.

Después de que en Alemania los nazis llegaron al poder en 1933, ella y su familia huyeron a Países Bajos (en ese tiempo Holanda), pensando que estarían a salvo. Sin embargo, las circunstancias de la guerra hicieron que en 1940 las tropas de Hitler invadieran el país de los tulipanes, y dos años después comenzaron a repetir la infame tarea de capturar judíos para deportarlos a campos de concentración.

Ana, su hermana Margot y sus padres se ocultaron con otras cuatro personas judías en un diminuto ático para evitar que las capturaran. Y es a través de las páginas de ese diario es como nos enteramos de las situaciones que vivieron, pero también de sus sueños, anhelos y reflexiones.

Su fascinación por las letras la convencieron de que podía convertirse en escritora o periodista; y a ese diario se le unieron otros cuadernos y papeles sueltos. Lamentablemente el 4 de agosto de 1944 los nazis dieron con su paradero y fueron enviadas a distintos campos de concentración. Ana y su hermana terminarían en Bergen-Belsen, donde ambas fallecerían de tifo en febrero o marzo un año después de ser capturadas.

La historia cierra con la primera casualidad: el diario estuvo a punto de desaparecer de la faz de la tierra, cuando un oficial de las SS tomó una cartera preguntando que había en su interior —sin duda deseaba encontrar alhajas—, Otto Frank, el padre de Ana le respondió papeles. Furioso el tipo vació el contenido, y el texto junto con otros documentos cayeron al suelo.

La segunda casualidad se da al abandonar el ático, situación propicia para que los soldados nazis pudieran haber regresado y prenderle fuego al lugar. Por fortuna la señora Mep Gies, una de las personas que había ayudado a las ocho personas a ocultarse, se les adelantó y puso salvo algunas propiedades de los inquilinos, entre ellas los papeles de Ana Frank.

Estas dos casualidades permitieron que Otto Frank —el único sobreviviente de la familia—, se diera a la tarea de ordenar todos los escritos de su hija y los publicara como El Diario de Ana Frank. La primera edición holandesa apareció en 1947. Años más tarde se publicaría en el resto del mundo.

Después de setenta y seis años el libro se continúa vendiendo y a la vez se ha convertido en una especie de género literario, en años recientes diversos autores —sobre todo anglosajones—, publican títulos relacionados con la escritora: antes y después de su cautiverio (sic). Solo el tiempo dirá si alguno de esos libros valió la pena leerse.

José Luis Vivar

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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