Aquí, algunas emociones descontroladas que padecen los mexicanos estos días:
Ansiedad: provocada por las consecuencias desconocidas que traerá el deterioro de las relaciones con Estados Unidos. ¿Hasta dónde subirá el dólar? ¿Se cancelará el Tratado de Libre Comercio? ¿Descontarán el costo del muro de las remesas?
Angustia: por la pérdida de capacidad económica del gobierno. ¿Seguirá la decadencia y la sobresaturación de los servicios de salud pública? ¿Continuarán los despidos en Pemex y la CFE? ¿Está segura mi pensión?
Miedo: de que el incremento creciente de la inseguridad haga víctima de un asalto violento o un secuestro a un familiar cercano o a uno mismo.
Enojo: por la impunidad en que viven los políticos corruptos. En particular los gobernadores que saquearon sus entidades y pasean su cinismo dentro y fuera del país.
Hartazgo: en Veracruz, donde en pocos años se ha desbordado la inseguridad, se ha perdido la confianza en la autoridad y la convivencia se ha fracturado, al grado que son muchos quienes desean abandonar el estado.
Indignación: en Quintana Roo por el desastroso gobierno de Roberto Borge, que llevó la corrupción a niveles inauditos y deja un estado endeudado, contaminado, inseguro y desigual.
Incertidumbre: sobre el estado que guardan las negociaciones con el Magisterio Insurgente. ¿Por fin volverán a clases? ¿Qué se les concedió? ¿Continuarán los despidos y descuentos? ¿Habrá paz en Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas? ¿Por cuánto tiempo?
Preocupación: porque continua creciendo la polarización del país, entre liberales vs. conservadores; itamitas vs. unamitas; maestros vs. burócratas; víctimas del delito vs. autoridades; causantes vs. fiscalizadores; ricos vs. pobres.
Desolación: por el soterrado desánimo que crece en las policías que combaten el crimen, a causa del acoso que ejercen sobre ellas algunos medios de comunicación.
Desconcierto: porque las obras emblemáticas del régimen, el tren a Toluca y el aeropuerto de la CdMx no muestran un avance apreciable.
Encabronamiento: porque el país que tanto trabajo costó construir a los mexicanos de abajo, se está deshaciendo y pudriendo ante la irresponsabilidad, la codicia y la traición de sus élites corruptas.
