Política

Una nación es un alma

  • Cartas de América
  • Una nación es un alma
  • Jorge Luis Fuentes Carranza

Eso dijo Ernest Renan en su célebre conferencia “¿Qué es una nación?” De 1882 en donde analizó a las naciones, o, al efecto “nacional” de aquel siglo, con algunas de las naciones de hoy, apenas en formación.

“Una nación es un alma, un principio espiritual. Dos cosas que no forman sino una, a decir verdad, constituyen esta alma, este principio espiritual. Una está en el pasado, la otra en el presente. Una es la posesión en común de un rico legado de recuerdos; la otra es el consentimiento actual, el deseo de vivir juntos, la voluntad de continuar haciendo valer la herencia que se ha recibido indivisa”. (http://goo.gl/Rbt3h3).

Ese rico legado en nuestro caso es enorme, conseguimos agrupar historias civilizatorias que se aglutinan y se mantienen distantemente juntas después de casi medio millar de años. Al tiempo que nos impusimos un traje constitucional apretadamente anglo sajón y durante un buen tiempo añoramos la cientificidad francesa de los tiempos de Renan.

En cuanto a la idea posterior, “el deseo de vivir juntos, la voluntad de continuar haciendo valer la herencia…”, el asunto es complicado. Las 120 millones de almas que compartimos el territorio mexicano estamos expresando (algunas en particular) que dicho deseo ha concluido.

Las cifras vistas como números son tan reveladoras como los casos específicos de los que cada mexicano sabe en sus distintos entornos. Lo podemos ejemplificar así: 43 estudiantes desaparecidos una noche en Iguala, Guerrero y después de casi año y medio de “investigaciones” sobre su paradero, éstas están totalmente desacreditadas tanto en México como en el extranjero; o, que 48 presos de un penal estatal hayan muerto (algunos calcinados) una noche dentro del lugar en donde fueron recluidos para evitar que hicieran daño a otros, y otros como ellos, los mataron.

¿Eso no muestra una falta de intención de permanecer unidos como nación? Esa falta de respeto a la vida del otro y la indiferencia consuetudinaria de la sociedad sobre las muertes “comunes” en nuestro rededor sólo nos puede decir algo: Ya nada es importante, ya que nada es posible hacer.

Según el “Índice Global de Impunidad en México” (http://goo.gl/TrFCix), sólo 7 de cada 100 delitos son denunciados, y el motivo es por “perdida de tiempo” o por “desconfianza en las autoridades”.

Combinando el número de delitos consumados que obtienen una sentencia condenatoria (4.46%) que lleva a que 95% de los delitos acreditados quede en la impunidad, con la cifra negra (delitos no denunciados), llegamos a que la “impunidad simple y llana, entendida como delito sin castigo, estaría en los márgenes del 99% en México. Es decir, menos del 1% de los delitos en México son castigados”.

Pero el deseo de concluir nuestra vivencia común no lo dicen particularmente aquellos que matan, roban, violan o trafican desde su expresa calidad delincuencial, sino aquellos que lo hacen desde la torre de marfil que con corrupción exasperada se han construido una realidad paralela.

No así gente como el presidente, quien dice que “la constitución es la institución de todas las instituciones” (http://goo.gl/yTOq7Z), por un lado, pero que por otro, tolera que “El personal penitenciario responsable de cuidar a los reclusos en los Ceresos estatales es de apenas 20 policías por cada 100 reclusos. El promedio de los países del IGI es de 47 por cada 100”, o que “…la sobrepoblación penitenciaria a nivel estatal es de 30%” mientras que la promedio del mundo es de 17%.

No puede estar hablando en serio el presidente cuando plantea cualquier medida después de que “su” procurador condujo una investigación ahora desacreditada como la “verdad histórica” y éste se encuentra tranquilo en casa. O cuando la casa del presidente tiene claros indicios de corrupción que pasará a formar parte del 99 por ciento de delitos sin castigo.

Y es que pareciera que con estos datos y estos resultados tan sangrientos, el alma de nuestra nación está lejos de los legados cristianos que profesa nuestro huésped, y están más cerca de aquellos bélicos y mentirosos que clarifica nuestra realidad nacional.

Así como otras nacionales basan su concordia en una comunión religiosa o en ese pasado común del que se habló, México ahora mismo está unido en función de nuestra categoría de nación corrupta e impune que mata a sus integrantes.

Y como la “corrupción es un asunto de orden cultural” y su impunidad es de 99 por ciento, bien podríamos afirmar, que el alma nacional esta compuesta por la impunidad que no podemos desterrar.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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