De cara a las precampañas en Nuevo León, las ambiciones políticas de muchos que tienen cerradas las puertas en los partidos donde militaron años o décadas, pretenden encontrar en Morena una segunda oportunidad.
Los primeros afiliados morenistas de todo el país provienen del PRD, partido con muy poco peso en el estado, pero en las elecciones de 2018 el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador le ganó aquí por escaso margen a su adversario panista, Ricardo Anaya.
No había una estructura partidista fuerte, sino más bien una gran ola de hartazgo contra el PRI y el PAN, por eso la ola morenista arrasó en todos los estados, con excepción de Guanajuato.
Pero con la gubernatura en juego, empatada con la elección intermedia federal, muchos políticos locales ven de nuevo en Morena, incluso quienes ganaron con otras siglas y cambiaron de caballo a medio río, los guajes con que muchos nadaron en el 2018 gracias al llamado factor AMLO.
Simple ejemplo es el municipio de Santiago, donde tres ex priistas quieren buscar la alcaldía con las siglas morenistas: Rafael Paz, quien ya fue alcalde por el PRI; Raphael Martínez, que fue tesorero en las administraciones priistas de Escobedo.
El tercero es el diputado Marco González, quien llegó al Congreso del Estado con las siglas del PRI y en la Legislatura pasada fue el coordinador de esa bancada.
Y para la gubernatura ya resultaron tres tiradores: Lleva mano, sin duda, la alcaldesa Clara Luz Flores, quien desde antes de dejar el PRI en febrero pasado ya coqueteaba con esa posibilidad, además de que encaja en la obligada paridad que deberán observar los partidos para nombrar candidatas en ocho de las 15 gubernaturas en juego en 2021.
Un segundo suspirante, Rafael Zarazúa, se destapó el domingo. Fue funcionario en la administración priista de Ricardo Canavati en Monterrey y sabe moverse para construir estructuras partidistas.
Y ayer levantó la mano el empresario Mario Fernández Quiroga, quien apoyaba al PRD desde las campañas presidenciales de Cuauhtémoc Cárdenas. Sin duda, Morena es la marca que todos quieren. Habrá que ver si en Nuevo León repite la hazaña de 2018 y otra vez resulta superior.
A menos que una eventual alianza entre el PRI y el PAN cambie el curso de la historia.
