Dos hechos ocurridos ayer despejaron las incógnitas de lo que viene en el PRI Jalisco de cara a las elecciones locales en 2018, en las definiciones de sus principales candidaturas.
Por un lado la inclusión de Arturo Zamora Jiménez en la Comisión nacional para la postulación de candidatos del PRI, durante la reunión de la Comisión Política permanente en la sede nacional priista, que será una instancia clave para resolver la candidatura presidencial, las 500 diputaciones federales y las 128 senadurías.
Por el otro, la renuncia que este lunes presentó a la Fiscalía General del Estado. Eduardo Almaguer Ramírez, para ir por la candidatura a la gubernatura de Jalisco, que prácticamente ya tiene asegurada.
El nombramiento dado ayer al también dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) confirma la ruta nacional que quiere consolidar quien fuera candidato a gobernador en 2006 cuando perdió por cerrado margen ante el panista Emilio González Márquez. Fue tras un falso señalamiento de la PGR contra el priista, el último día de campaña electoral, que se interpretó como una clara embestida del gobierno federal de Vicente Fox para ayudar al candidato de su partido. Fue a partir de aquella derrota política que como diputado federal, senador y como alto funcionario priista, logró entrar a la burbuja priista en la que continuará.
Como lo comenté aquí a inicios de octubre, Zamora lo que más deseaba era que no llegara la señal de Los Pinos de que debía repetir como candidato a la gubernatura en una competencia cuesta arriba. Se encargó de expresar su deseo de permanecer en los temas nacionales en el primer círculo del priismo, y por lo visto, logró convencerlos.
Esta definición de la élite del PRI, que se dialogó en su momento con el Gobernador Aristóteles Sandoval, destrabó la toma de decisiones del PRI en Jalisco. Sin Zamora en el panorama parece que ya tomaron la decisión de apostar como su abanderado por el hoy ex Fiscal, quien cuenta con el apoyo del propio zamorismo.
Habrá que ver lo que pase con el secretario de Desarrollo e Integración Social, Miguel Castro, y con el dirigente estatal priista, Héctor Pizano Ramos, quienes también habían externado tener la misma aspiración. Hasta hoy, lo más probable es que Castro busque ser el candidato a Guadalajara, en espera que a Claudia Delgadillo (fortalecida por la paridad de género), le ofrezcan una de las candidaturas al senado, al igual que a Pizano.
Lo cierto es que terminada la incertidumbre de si Zamora venía o no como candidato vendrá toda una serie de reacomodos y pugnas por las principales posiciones en juego, y en torno a la figura de su candidato a gobernador. De confirmarse que será Almaguer, se tratará de un militante de base que logró escalar a la dirigencia del PRI Guadalajara y a la dirigencia estatal, que sin duda abona en la posibilidad de construir consensos en la distribución de las candidaturas entre los distintos grupos, para mantener los equilibrios internos y evitar las rupturas que les cancelarían cualquier posibilidad de triunfo. Veremos.
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