Nuevamente las y los venezolanos vivieron una crisis institucional. El pasado 30 de abril, en lo que muchos han calificado como un intento de golpe de Estado al régimen de Nicolás Maduro, los principales líderes de la oposición pedían a los ciudadanos salir a las calles y a los militares revelarse al líder heredero de Hugo Chávez.
Ahí estaban Juan Guaidó, el joven político que saltó a la palestra el pasado 23 de enero cuando juró como Presidente encargado de Venezuela ante la Asamblea Nacional, logrando el reconocimiento de varios países, y Leopoldo Gómez, quien permaneció encarcelado tres años y lleva dos en arresto domiciliario.
Sin embargo, a pesar de la fuerte movilización social y del impacto mediático que tuvo este suceso a nivel mundial, la situación en Venezuela sigue en el mismo camino de confrontación política, en donde la crisis humanitaria sigue escalando y el gobierno se atrinchera adoptando una posición cada vez más radical hacía sus adversarios.
En estos últimos días, la situación ha seguido escalando al haber sido detenido Edgar Zambrano, Vicepresidente de la Asamblea Nacional, por el servicio bolivariano de inteligencia bajo la acusación de haber participado en la liberación de Leopoldo López y haber intentado generar una ruptura de la estructura militar.
La oposición venezolana está viviendo días de mucha presión por parte del gobierno del Presidente Maduro, lo que ha derivado en una situación política cada vez más álgida.
Con los ojos de la comunidad internacional encima, Venezuela sigue en un camino sinuoso en donde es impredecible cual terminará siendo su futuro, pero en el que el pueblo venezolano es el único que está sufriendo.
Además, esta situación agrega una herida más a su democracia, lo cual es muy lamentable para cualquier país, ¿no cree usted ?