La privilegiada posición geográfica de nuestro país nos permite ser un país rico en recursos marítimos. Contamos con 11 mil 122 kilómetros de costas. Y esta situación nos obliga a ser responsables con los mares que nos rodean.
Ayer 8 de junio, se celebró el Día Mundial de los Océanos, lo que permitió que recordemos la importancia de los mares como pilares de la vida. Los océanos generan la mayor parte del oxígeno, absorben una enorme cantidad de emisiones de carbono, regulan el clima, son una fuente inmensa de alimentos y medicinas, además de ser determinantes para actividades económicas tan importantes como el turismo, el comercio y la pesca.
Sin embargo, su degradación se ha incrementado de una forma muy grande en los últimos años, como resultado de actividades humanas como la pesca excesiva, la contaminación y las emisiones de gases nocivos.
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, en el marco de la Conferencia de los Océanos, destacó que el futuro de los océanos se encuentra amenazado por el cambio climático, la acidificación, la contaminación, practicas pesqueras destructivas, pero sobre todo, por la falta de capacidad para hacer frente a estas amenazas.
Esta situación, es sumamente delicada porque repercute directamente en todos los habitantes del planeta. Para quienes tenemos la oportunidad y el privilegio de contar con la cercanía del mar, como el largo litoral con que cuenta Tamaulipas, debemos esforzarnos en tener y generar una conciencia de cuidado y respeto a los mares, porque su preservación y la de sus recursos es parte del legado que como humanidad, y en nuestro caso como tamaulipecos, dejaremos a las futuras generaciones.
Debemos de pasar de ser espectadores de esta situación a actores activos. De no hacerlo, en el corto y en el mediano plazo habrá repercusiones económicas y sociales en nuestras comunidades costeras, así como efectos en materia de salud que nos impactaran de manera directa o indirecta en alguna medida.
Por eso, considerando la relevancia que tienen los mares en el planeta, que por cierto cubren casi dos tercios de su superficie, es que resulta indispensable unirnos y contribuir, cada uno de manera individual, en el cuidado de los cuerpos pluviales y su adecuada conservación, porque de eso depende que nuestros hijos y nietos puedan tener la oportunidad de disfrutar del mar como nosotros lo hemos hecho, ¿no cree Usted?