
Surgió el pasado 18 M, como una identificación con el Día de la mujer; lo hicieron para reunir sueños en un espacio de convivencia y solidaridad, un ambiente agradable que se percibe al entrar. Es lo que se conoce como coworking, una tendencia que va en aumento en la ciudad.
El primer fruto de este proyecto se convirtió en un bazar de mujeres productoras que se reúnen en la planta baja del inmueble marcado con el número 24 de la calle Minatitlán, colonia Roma sur, donde se llevan a cabo ventas, trueques y talleres, siempre en armonía y solidaridad.
Tiene poco que comenzó a florecer, y rápido dio sus primeros frutos, como lo evalúan sus fundadoras, entre las que está Alejandrina Ávila, quien compendia a manera de presentación:

“Estamos en Uotan. Nuestro slogan es que Somos un corazón habitable en el cual hacemos diferentes proyectos, tanto para personas que buscan un espacio en donde trabajar, como para las que buscan emprenderlo.
—Sobre todo de mujeres.
—Efectivamente. Nuestra directora es mujer, las gerentes de las casas somos mujeres, y la emprendedora del proyecto Uotan es mujer.
—¿Y qué significa Uotan?
—Uotan es corazón en maya.
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Esta forma de organización y trabajo tuvo empuje a partir de la pasada pandemia, cuando miles de personas quedaron sin empleo.
Es el caso de Ana Karen González, cuyo esposo fue despedido de su trabajo, aunque ciertamente su nuevo proyecto va aparejado con la preservación del medio ambiente.
Y aquí, desde el patio y hasta los cuartos de una antigua casona bien conservada, se reúnen mujeres artesanas que ofrecen dulces, otras que diseñan vestuarios o bolsas, hasta las que buscan armar proyectos o alianzas, o la que ofrece ropa vintage, como la propia Ana Karen, quien vende ropa de segunda mano de excelente calidad.
Además tiene un propósito ecológico.
“Lo que hacemos es recuperar prendas ycustomizar. Esto del custom es como lo que hicimos con esta prenda, pero todavía no está terminada”, dice mientras muestra una chamarra.
Amplía su explicación:
“Nos dedicamos a recuperar ropa de segunda mano; y también el propósito de vender estas prendas es que evitemos la contaminación con la ropa, porque es una de las industrias que más ensucian el planeta.
—Y es una tendencia lo que haces.
—Sí, hay muchos vendedores de second hand y también de costu. Y la finalidad es justamente evitar que haya más contaminación con esta industria, además de que también es parte de nuestros ingresos.
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Alejandrina Ávila dice que esta aspiración busca, justamente, “crear una comunidad en donde tanto los freelances con nuevos proyectos tengan un espacio con otras donde puedan unificar para crear algo mejor entre ellos”.
—¿Y cuáles son los requisitos que debe tener una emprendedora para ofrecer su producto aquí?
—Nosotros lanzamos una propuesta en redes sociales, donde ofrecemos diferentes tipos de eventos, como networking, bazares, etcéteras, talleres. Este evento en específico se dio gracias al 8 M. Es la primera edición, y es justamente para eso: que ellas tengan un espacio y podemos compartirlos.
Fernanda Martínez es otra de las directivas de estos espacios —en la Roma y en la Condesa—, que ya es una tendencia en Ciudad de México, sobre todo surgidos después de la pandemia, que reforzó la unión entre hombres y mujeres emprendedores.
—¿Cuál es tu función?
—Tener el primer contacto con las mujeres talleristas, ofrecer el espacio y dar pie a toda la convocatoria del evento. En esta edición en específico es ser mujer y creadora de tu propia marca.
—Y será de forma periódica.
—El proyecto está en construcción, pero lo que queremos es dar pie a que cada mes haya un espacio donde las chicas puedan dar a conocer sus marcas y sus proyectos.
—¿Y cómo les fue en la primera convocatoria?
—La verdad es que nos fue muy bien, pues tenemos los lugares llenos, son alrededor de 17 proyectos de puras mujeres creadoras.
Y es que en Un corazón habitable, como reza el slogan, además de ser un espacio para mujeres que buscan unificar proyectos y ofrecer sus productos, hay un entorno de cordialidad y confianza.
