Cultura

Circo, maroma y teatro en Los Pinos

Los Pinos, que dejó de ser la residencia oficial, fue convertido en centro cultural, un espacio donde presentan diversos eventos. Esta vez despliegan sus habilidades los actores de circo, de maroma y de teatro. Los participantes foráneos pernoctan en los dormitorios que usaban miembros del desaparecido Estado Mayor Presidencial, que incluyen literas.

Lenta cae la noche y el espacio se ilumina. Los artistas comienzan a llegar. Arriban de diferentes partes, incluida Ciudad de México. Esta vez vienen acróbatas del municipio de Santa María Tlahuitoltepec, región Mixe de Oaxaca, entre quien está Roberto Pérez, el hombre que rescató la tradición de las maromas, un juego que practicaban los ancestros.

También anda por aquí Charlotte Pescayre, fundadora y directora de la compañía Transatlancirque, que vincula el circo contemporáneo francés con la maroma mesoamericana. Ella, además de etnóloga, es equilibrista en cable tenso, una danza que realiza en diferentes alturas. La acompañan bailarinas, malabaristas, músicos y una payasa con títeres.

Y ahora están aquí.

Humberto ríos 3
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Llegan a estas instalaciones construidas en 1934, cuando el general Lázaro Cárdenas ganó la Presidencia de la República.

Y a partir de entonces fue la Residencia Oficial para el jefe del Ejecutivo en turno; dejó de serlo, sin embargo, en 2018, cuando ganó la Presidencia el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien prefirió habitar en Palacio Nacional, que solo era usado por los anteriores mandatarios para reuniones protocolarias.

Y fue así como este lugar, conocido como “la residencia oficial”, fue convertido en Complejo Cultural Los Pinos.

Y solo quedó un inmenso cascarón, con sus salones desocupados y otros vestigios, como este muro con escudo y letrero que anuncia lo que fue el Estado Mayor Presidencial, EMP, así como otra inscripción, en tono dorado, que advierte: “¡Al Presidente nadie lo toca!”.

Pero esa es otra historia.

Humberto ríos 5
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Ahora este inmueble, ubicado en avenida Parque Lira, vecino del Bosque de Chapultepec, es destinado para diversas actividades, como en esta ocasión, en la que participan los citados colectivos.

Es una labor que coordina la Dirección de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura, de la que Carmen Cárdenas Guzmán es coordinadora de Enlace Institucional, quien está pendiente de los ensayos y la llegada de participantes.

Y es que el año pasado, comenta, lanzaron una convocatoria sobre circo y maroma. En este encuentro participaron los estados de Puebla, Veracruz, Oaxaca y Guerrero.

“El proyecto de la Secretaría de Cultura es fomentar y fortalecer esas prácticas culturales —informa Carmen Cárdenas— que se van perdiendo, porque esa actividad se da de generación en generación”.

Humberto ríos 4
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Casi todos están presentes para los ensayos. Vienen llegando los participantes de la región Mixe. Camiones y camionetas trasladan sus equipajes e instrumentos. Una banda musical, maromeros y maestros.

Los compañeros de Charlotte Pescayre, fundadora y directora de la compañía Transatlancirque, mientras tanto, inician sus prácticas.

Tienen 14 años trabajando en México, comenta Charlotte. “Hemos trabajado con maromeros zapotecos y maromeros mixes”.

***

La propuesta de Charlotte Pescayre es una puesta en escena que vincula varias disciplinas, como circo contemporáneo, contorsión, artes del payaso y danza aérea, que ella misma practica.

“Son músicos oaxaqueños, algunos formados en Ciudad de México, que saben tocar diferentes repertorios”, informa Charlotte, “y también tenemos la voz de Ofelia Pineda, que es una poetisa de la Mixteca”.

Y es a partir de un códice mixteco del que Charlotte escogió algunos personajes que interpretan esta obra contemporánea, que un día antes de su presentación formal ensayan en una explanada de este centro cultural.

“La payasa, por ejemplo, tiene unos títeres que son la pareja primordial; luego, en una cuerda baja, Vientos del cielo, que es Richy, y está una contorsionista que se mueve así, como los remolinos”, explica Charlotte, mientras arquea las manos como si tratara de formar remolinos.


Humberto ríos 2
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Cerca de ella uno de los integrantes de la compañía mueve con destreza dos paletas de madera en forma de hélices; no muy lejos de él, una artista vestida de negro hace contorsiones. Tienen como fondo el muro de un edificio que luce un letrero en lo alto: Molino del Rey.

La obra Charlotte, interpretada del zapoteco, se llama Amanecer en equilibrio. “Cuenta el origen de cómo se hizo el mundo; la creación, desde el cielo, los dioses, los perros y los humanos”, describe.

—¿Entonces a partir del códice zapoteco realizas tu obra?

—Sí, a partir del códice, escojo los personajes; es una obra contemporánea… —Es una adaptación.

—Es una adaptación, pero también un poco de ficción.

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Y por este lado anda Roberto Pérez Martínez, quien es acompañado de otros de sus paisanos del municipio de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, donde sus antepasados practicaban la maroma, una tradición que de los años 60 a los 80 quedó en el olvido, como si hubiesen borrado.

Fue entonces que, en la década de los 90, Pérez Martínez comenzó a rescatar la tradición, siempre acompañado de familiares y vecinos de todas las edades, sobre todo jóvenes y niños, hombres y mujeres.

Humberto ríos 1
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“Fue el señor Arnulfo González, que en paz descanse, quien me dijo cómo hacía la fiesta”, relata Roberto Pérez Martínez, dedicado al cultivo de la tierra y producir maíz, chilacayotes y frijoles.

—Usted es quien rescata una tradición.

—Miré—explica—, cuando yo empecé a distinguir la tradición, la fiesta, la alegría de la fiesta, pues en ese tiempo, en mi despertar, no había luz, era puro alumbrado con ocote; entonces se hacía la fiesta grande: La banda y sus danzantes; la danza de Los viejitos, la danza de Los Zancudos, eso es lo que empecé a ver; pero también estaba la Maroma.

—Y se fue perdiendo La Maroma.

—Sí, eran señores ya de edad, ya tenían familia. Pues estuvo eso en los 60, los 70 y parte de los 80, hasta allí, entonces se iba perdiendo.

—Y usted entra al rescate.

—Sí, de allí, en 1990, fue donde yo tuve el gusto, el orgullo, ¿de pues por qué no rescatar, por qué no hacer esa fiesta, rejuvenecer esa fiesta?

—Y volvió a florecer.

—A florecer, así es.

—Se necesita mucha habilidad.

—Mucha habilidad, mucho ensayo, mucha práctica, mucho entrenamiento.

Humberto ríos 6
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Y es así como se conjugan algunas tradiciones, como la maroma, siempre acompañados con música de banda, como es la costumbre en la región Mixe, ahora presentes en este lugar donde vivieron los presidentes de la nación desde Lázaro Cárdenas hasta Enrique Peña Nieto.

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Humberto Ríos Navarrete
  • Humberto Ríos Navarrete
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