Agradezco y acuso recibo de la carta de Gina Acosta, directora de comunicación para América Latina y el Caribe de Motorola Solutions. En su amable misiva, la vocera me amplia información respecto a mi columna del viernes pasado sobre Motorola y sus equipos de radiocomunicación. En mi texto puse que en Yucatán y Nuevo León se compraron de manera opaca y onerosa, radios y terminales de comunicación. Los equipos son de Motorola Solutions (MS).
Gina Acosta me dice que Motorola Solutions tiene un sólido proceso de cumplimiento para asegurar que opera de acuerdo con las leyes locales. Afirma que también cumplen con legislaciones internacionales y con su código de conducta empresarial.
Detalla que la empresa ha ganado negocios con más de 100 mil clientes en más de 100 países. A todos ellos proporciona los más altos niveles de calidad, innovación, fiabilidad, soporte y servicio, a precios competitivos.
Dice que TSN —integrador de sistemas de MS— fue seleccionado por Nuevo León y Yucatán para proveer una completa solución de misión crítica.
Explica que esta oferta incluye dispositivos de seguridad pública, aplicaciones innovadoras y un componente de servicio. Afirma que la propuesta de TSN fue seleccionada como la mejor opción para cumplir con sus requisitos y con las leyes mexicanas y globales.
No dudo que MS tiene códigos de conducta para cumplir las leyes, que tiene aparatos y precios muy competitivos.
Le creo cuando dice que sus radios y servicios cumplen requisitos de misión crítica; sin embargo, deja sin respuesta varias preguntas.
¿Cómo ganó Motorola Solutions esos contratos? ¿Qué tipo de relación tiene su integrador TSN con los gobiernos estatales? ¿Bajo qué leyes mexicanas se les otorgaron los contratos? ¿Hubo licitación? ¿Fue asignación directa? ¿Quién autorizó sus contratos en Yucatán y en Nuevo León?
¿Es cierta la versión de que costaron casi el triple que el promedio del mercado?
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