Política

País de súbditos

  • Caleidoscopio
  • País de súbditos
  • Federico Ramos

Hace algunos días en este mismo Diario, el conocido comentarista Héctor Aguilar Camín, escribía sobre la “asombrosa normalidad de nuestra anormalidad” cuyo verdadero significado implica “una tácita aceptación colectiva, por parte de todos, de un estado de cosas caóticas, sucesos espeluznantes, secuestros, decapitaciones, cadáveres que cuelgan en los puentes, mujeres asesinadas y decenas de miles de desaparecidos, crónica desviación de los recursos del estado a manos de bribones” y un largo etcétera que se ventila a diario en la prensa y en la televisión, como algo normal.

Ante tal panorama, dice Aguilar Camín “se supondría que vivimos descontentos, pero no tanto”.

Nos preocupamos por las malas noticias, sí, por las transas también y ni que decir de los crímenes que contabilizamos a diario, pero la verdad, ya no nos sorprendemos: se nos atrofió esa capacidad ante una descomunal anormalidad que vivimos todos los días.

Decir que el gobierno no cumple es cómodo.

Sí, pero revela que nos sentimos muy a gusto con la ausencia de una responsabilidad como sociedad, que hoy no queremos asumir ni cuestionar. Criticamos a diestra y siniestra a todos y por todo, pero asoma en nuestra personalidad colectiva un enojo tal vez un poco sobreactuado, que lo hace sentir poco genuino, al pretender que se solucionen nuestros problemas así nomas; y, pues, sin una cultura política de exigencia, no va a pasar nada y nada se transformará si atrás no hay un contexto de exigencia social que transforme la realidad.

Sin embargo, el fenómeno de la pasividad social de los mexicanos y de la práctica recurrente del deporte de fincar sus esperanzas de que las cosas van a cambiar, algún día, como por arte de magia, o por la llegada de un mesías o un gran presidente cuyo liderazgo sea sobrenatural y hasta cierto punto mágico, muestra un comportamiento colectivo como si fuésemos un país de súbditos, sujetos a la autoridad de un superior a quien tenemos la obligación de obedecer.

Nada de lo que pudiese ser un cambio para mejorar respecto al estado de cosas del país, va a llegar sin que seamos los ciudadanos los que nos empoderemos a nosotros mismos y conduzcamos el cambio que necesitamos con inteligencia, con paciencia y con valor.


[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.