Llegó enero y con él la promesa de cumplir los propósitos de año nuevo: bajar de peso, comprarse esto o aquello, tener un trabajo estable, viajar, entre otros.
¿Cuál es su propósito?, ¿en qué se basó para elegirlo? Cualquiera que sea su propósito de año nuevo está bien, y más si lo eligió usted desde el fondo de su corazón, porque eso quiere decir que lo verá reflejado.
Hacer ejercicio, comer sano y bajar de peso es algo saludable, es una forma de agradecer a nuestro cuerpo, todo lo que hace por nosotros y no se trata de cumplir con los estereotipos impuestos, de que la mujer debe ser flaca para estar guapa o que el hombre, debe tener un cuerpo atlético para ser atractivo.
La pandemia ha dejado muchas enseñanzas, quienes estuvimos en casa nos reencontramos con quienes elegimos vivir; desde las mascotas, hasta nuestros compañeros de vida y nos enfrentamos a la decisión de seguir o no por el mismo camino.
Conozco personas que les dio covid, y entendieron que la vida se puede ir en un instante, que la salud es cara y más cuando no hemos estado al pendiente de ella.
Porque siempre hay alguien o algo más importante que hacer, antes de ocuparnos de nosotros.
Otros sufrieron la muerte de un ser querido y no pudieron despedirlo dignamente, se culpan pensando que faltaron cosas por hacer, como hablar y estar más presentes en los momentos en los que se podía.
Hagamos de nuestra vida un propósito, démosle alegría y agradezcamos a los seres que están a nuestro alrededor, por su compañía, sus enseñanzas, no sabemos cuándo será el último día que los veremos.
Lo invito a que su propósito de vida más importante, sea usted. Fuera de creencias, sin miedo, deje ya de hacer esos test que dicen porque somos así, las respuestas siempre están en lo más profundo de nuestro ser, sino sabe cuál es su misión, la sabrá cuando deje de preocuparse por saber si es lo correcto o no.
La vida ya de por sí es perfecta, no hay cosas correctas o erróneas, son nuestras creencias las que hacen que actuemos con juicio, vivamos creando nuestra vida a través de un propósito, el propósito de sentir la vida.