Agota Kristof (1935-2011) presenció el fin de un siglo y consolidó la escritura en otro. Era de Hungría, donde la tradición literaria estaba poco arraigada a las letras universales, y sus días los pasará de refugiada. El lenguaje húngaro adquiere notoriedad por autores que surgieron y, sin embargo, desaparecieron con rapidez mientras vivían, pasando de moda antes de tener éxito internacional.
Obtuvo prestigio al publicar Claus y Lucas, una trilogía ambientada durante la Segunda Guerra Mundial basándose en el totalitarismo que experimenta Kristof misma y cuya inhumanidad trazará aquel camino de letras que transitó: retratando otros mundos en ruinas que es también el nuestro.
Kristof sugiere que quienes estuvieron entre fuegos cruzados y resistieron la debacle emocional de batallas bélicas llevan una existencia monótona y solitaria como su protagonista Sándor Lester en Ayer (Libros del Asteroide). Exiliado, trabaja fabricando relojes y suele frecuentar gente que no aprecia hasta que un día le ocurre lo que a cualquiera: se enamora.
El amor será punto de partida y final, entablando un “vínculo íntimo y esencial, pero doloroso y destructivo”. Miseria y ventura, las dos caras del porvenir que no pueden predecirse: aguardan siempre a que alguien descubra su suerte.
“Ya no escribo”, es irónicamente la última frase de este libro, quizá el mejor de Kristof.
Erandi Cerbón Gómez
@erandicerbon