James Comey, director del FBI ha sido enfático en sus declaraciones al señalar el hecho de que la “heroína blanca” producida en nuestro país, ya penetró prácticamente en todos los mercados de la costa este de los Estado Unidos y es comercializada en primer término, por los narcotraficantes mexicanos. Sin hacer mención sobre la participación de las personas que la comercializan en aquella nación, posiblemente coludidas con las propias autoridades para que esto pueda ocurrir.
Las autoridades estadounidenses victimizan a los consumidores señalándolos como atacados por un flagelo importado por los narcotraficantes extranjeros, y que según ellos ha causado “la peor crisis de drogas que hemos visto en Estados Unidos desde 1980 y la peor crisis de heroína” en más de sesenta años, según afirman.
En la Unión Americana “la economía de las drogas es un asunto empresarial, industrial, con inversionistas y asociados que siguen la lógica de hacer empresa y tener clientes satisfechos”, señala el periodista Manuel Humberto Restrepo.
La población estadounidense consume 150 toneladas de cocaína al año y su gasto anual es de 100 millones de dólares, sumando a la cocaína, el consumo de crack, heroína, marihuana y metanfetaminas. La pregunta es, entonces, ¿servirá un muro fronterizo de aproximadamente nueve metros de altura, que será construido en colindancia con México para impedir que los 22.5 millones de consumidores norteamericanos dejen de usar todo tipo de drogas?
De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas ONU, Estados Unidos es el puente principal de tráfico de sustancias ilícitas que llegan a los 315 millones de consumidores habituales del resto del mundo. El consumo de drogas causa al año más de 250 mil muertes en todo el planeta.
En la plaza romana de San Pedro, después de la bendición del Ángelus, el pontífice Francisco dijo que la gente debería dar tanta prioridad a la Biblia como a sus celulares.
Francisco pone de manifiesto
Semejante a un mandato Conciliar
Que el católico debe tener puesto
Un ojo en la Biblia
Y otro en su Celular.