No obstante a existir algunas personas con homonimias, al actor mexicano Héctor Suárez Morales, me voy a referir precisamente al comediante que aparece en un video a través del ciberespacio en YouTube.
El citado video se une a muchos que vituperan y llegan a la inmerecida y cobarde ofensa personal hacia Enrique Peña Nieto, jefe del ejecutivo federal. Material “basura” sería la justa denominación a lo emitido, mismo que pretende ser un discurso supuestamente crítico hacia el actual gobierno en nuestro país.
El mensaje de Suárez únicamente cae en una serie de calificaciones sin el sustento de un análisis serio de lo que predica, convirtiendo su actuación en un pésimo “sketch”, cuando él lúcidamente, en su carrera actoral, los ha realizado con una buena factura. En suma, como político es buen comediante, y añadiría lo que dijo alguna vez un poeta “soy un mal actor de mis propias emociones”.
Héctor Suárez asume “la voz del pueblo”, no solo al denostar el proceder de un gobernante, sino exigiendo que deje el poder, como si el cambio de una persona a otra, pudiese remediar en algo la crisis que en todos los órdenes vive nuestro país.
Lo malo de la intervención de Suárez es que esta llega a una numerosa población no enterada de la existencia de mejores críticas que desde diferentes medios de comunicación se emiten diariamente en México. Voces las hay que se han ganado la autoridad con base en la perseverancia de su conocimiento y un auténtico análisis de la realidad nacional.
Bien la valdría a Peña Nieto, seguir la recomendación del otrora mandatario de la nación, Carlos Salinas de Gortari quien inapropiadamente acuñó la frase de “ni los veo ni oigo”, en referencia a los partidos de izquierda que sí tuvieron, en su tiempo, verdaderos fundamentos para criticar su proceder como gobernante.