Un ciclón tropical en el Golfo de México podría intensificarse y transformarse en la tormenta tropical Alberto. Este fenómeno natural se dirige hacia el estado de Tamaulipas y se espera que llegue a la localidad de La Pesca el próximo jueves, con vientos que podrían alcanzar los 100 kilómetros por hora. La trayectoria actual del fenómeno meteorológico ha puesto en alerta a varias regiones.
Campeche y Chiapas fueron los principales focos de preocupación debido a las lluvias torrenciales que se esperan. También se pronostican precipitaciones intensas en Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Yucatán y Quintana Roo.
Ante esta situación, el Gobierno de Nuevo León, en voz de Samuel García, anunció la suspensión de clases a partir del miércoles al mediodía y durante todo el jueves y viernes. Esta medida busca evitar riesgos innecesarios para la población estudiantil frente a la llegada del temporal. Con el objetivo de evitar riesgos ante la llegada de la tormenta tropical, el Consejo Estatal de Protección Civil ha decidido que las clases de educación básica se suspenden a partir de este miércoles a las 12:00 y se mantiene así todo el jueves y viernes, afirmó el gobernador en sus redes sociales.
La reciente historia de huracanes en México nos recuerda la importancia de estar preparados. El 24 de octubre pasado, un huracán de categoría 5 devastó la ciudad de Acapulco, en Guerrero, dejando una estela de destrucción de la cual la ciudad aún se recupera. Quintana Roo también ha sido golpeada por fenómenos meteorológicos adversos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió a la población sobre la temporada de lluvias y huracanes, enfatizando la necesidad de preparación ante estos eventos extremos. “Nos estamos preparando porque ya viene la temporada de lluvias y huracanes. Son los contrastes, las dos caras de la moneda, la sequía y luego las lluvias, que cuando son torrenciales, inundan en varias partes de nuestro país”, explicó el mandatario desde Palacio Nacional.
Monterrey, la capital de Nuevo León, no es ajena a los devastadores efectos de los huracanes. En 2010, el huracán Alex causó inundaciones severas, desbordando ríos y arroyos, e impactando gravemente la infraestructura urbana. Tres años después, el huracán Fernand exacerbó la vulnerabilidad de la ciudad, ocasionando nuevamente graves inundaciones. Estos eventos subrayaron la necesidad de una mejor planificación y respuesta ante desastres naturales.
La llegada inminente de Alberto, sea ciclón o no, ofrece una oportunidad para reflexionar sobre las lecciones aprendidas y las acciones necesarias para mitigar futuros desastres.
La memoria colectiva juega un papel vital en la preparación ante desastres. Los recuerdos de las tragedias pasadas deben motivar a las comunidades a tomar medidas proactivas. La educación y la concientización son herramientas poderosas para fomentar una cultura de prevención.
Las simulaciones y los planes de evacuación deben ser actualizados y practicados regularmente para asegurar que todos sepan qué hacer en caso de emergencia.
Es fundamental fortalecer la infraestructura urbana. La inversión en sistemas de drenaje eficientes y la protección de zonas vulnerables pueden reducir significativamente el impacto de futuros huracanes.
Los medios de comunicación tenemos una responsabilidad clave en este proceso. La difusión de información precisa y oportuna puede salvar vidas.
La llegada del fenómeno meteorológico Alberto es una llamada de atención para Monterrey y el resto del país, no deberíamos correr en estado de alerta, sino en coherencia con la planeación, decíamos estar listos para recibir grandes cantidades de agua, llegó el momento de la verdad.
Es bueno recordar los estragos causados por los huracanes Alex y Fernand e impulsarnos a mejorar nuestras estrategias de prevención y respuesta. Educación y la solidaridad son fundamentales para enfrentar y mitigar el impacto de toda el agua que viene.