El flamenco se reinventa para bien a través de voces que lo inyectan del aire de nuestro tiempo. En esta entrega de Clásicos Instantáneos nos acercamos a varias voces femeninas que en fecha reciente han lanzado discos que son una delicia, y que continúan abriendo el horizonte de un género que, para beneplácito de sus fieles, ha sabido evolucionar y reinventarse.
Lo que te falta de Soleá Morente
En sus comienzos Soleá Morente tuvo que sacudirse dos enormes sombras sobre sí. La de su padre, Enrique y la de su hermana, Estrella, dos figuras consagradas en el flamenco que habían puesto una vara alta para quien intentase seguir sus pasos. Con suspicacia, Soleá se alió con Los Evangelistas y con ellos hizo canciones que acercaban flamenco y rock. De allí partió hacia lo suyo. Y, si con Olé Lorelei (2018) ya nos había mostrado aciertos, con Lo que te falta nos deja en claro que hay en ella un talento incuestionable que ha encontrado su voz, en el aire más alegre y fresco de un género al que muchas veces le falta sacudirse la seriedad que impone la ortodoxia. Lo que te falta es un lujo, plagado de canciones guapas como “No puedo dormir”, la desafiante “Viniste A Por Mí” o la romántica “Cosas buenas”, rebosantes de vida y sonrientes en su mayoría. Uno que apenas escucharlo, transporta a Andalucía, al calor de su gente, de su pueblo sencillo, alegre y emotivo, qué más que eso para constatar un triunfo indiscutible.
Orígen de Fuel Fandango
El cuarto álbum del dúo que integran la cantante cordobesa Cristina Manjón y el productor Alejandro Acosta es el primero compuesto enteramente en castellano y, sin duda, es también su mejor a la fecha. Diez canciones que exhiben su oficio en amalgamar aires del flamenco con recursos electrónicos, sensibilidad pop y cante. Fuel Fandango aporta novedad y espíritu contemporáneo a ese género que pese a su anclaje en la tradición ha demostrado total plasticidad para mezclarse y generar nuevos híbridos sonoros. Un disco que inspira a desempolvar experimentos similares como los de las Azúcar Moreno, los primeros Chambao e incluso las remezclas de Ojos de Brujo para una noche insuperable de beats y palmas.
Sanación de María José Llergo
Los primeros segundos de Sanación, el álbum debut de esta nativa de Pozoblanco, Córdoba, no dan clave de qué vendrá a continuación, parecen los sonidos de alguien que cava en la tierra. Pero apenas surge la voz de la niña —tiene 26 años— la piel eriza y entendemos que hay una nueva voz en el flamenco que ha “llegao” para quedarse. “Encontrar la belleza a partir del dolor, más que nada para que el dolor no nos haga malas personas”, expresa María José queriendo explicar el impulso que la lleva a cantar, una acción que la acerca con lo espiritual, con el carácter sanador que tiene la música y con la meditación que practica.
Visto en el jueves de Rocío Márquez
Estudiosa del flamenco, Rocío Márquez ha tenido la capacidad de teorizar sobre éste, pero asimismo llevarlo a la práctica con gran talante. Visto en el jueves es un disco que rinde tributo al tianguis de Sevilla donde ella ha tenido incontables hallazgos musicales, los mismos que han labrado en parte su personalidad como intérprete. Celosa de la tradición, Rocío Márquez domina los incontables palos flamencos y lo mismo va a uno que a otro con todo el rigor que la tradición exige. Pero también, como lo demostró en su soberbio Firmamento (2017), producido por Refree —el mismo de Los Ángeles de Rosalía—, ha sabido buscar acercando flamenco y jazz, impregnándolos ambos estilos de innovación.