López Obrador quiere que el gobernador saliente de Sinaloa, el priista Quirino Ordaz Coppel, sea embajador de México en España. Anunció que lo impulsará para que en el Senado lo voten como nuestro represente en tierras europeas.
¡Ah, la madre… patria! Como dirían por ahí.
Si en el sexenio de Enrique Peña fue escandalosa la designación del “Zeñalado” (así, con “Z” mayúscula) Fidel Herrera como cónsul en Barcelona, esta propuesta la supera con creces. Quirino todavía administra el estado donde anidó, creció y se consolidó el cártel más poderoso del país.
Es el lugar donde el Presidente se dio tiempo para caminar hasta la camioneta en la que viajaba la mamá del Chapo y saludarla. Es el escenario del llamado culiacanazo, por la orden que dio AMLO de liberar a Ovidio Guzmán, hijo del capo, sin hacer después el mayor esfuerzo para recapturarlo.
Es la entidad donde Ismael Bojórquez, del semanario Ríodoce, publicó en su reportaje “El juego de los narcos por el poder total en Sinaloa” la manera en que hombres armados secuestraron, violentaron y amenazaron a más de 100 personas que formaban parte de la estructura electoral del Revolucionario Institucional. Sucedió la noche del 5 de junio con el fin de dejar el camino libre al candidato ganador de Morena, Rubén Rocha Moya.
Es donde hace cuatro años quedó tendido en la acera el reconocido periodista Javier Valdez y donde, hoy como ayer, las palabras surgen cuidadosas, a cuenta gotas, en un grito silenciado.
Ayer, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Alejandro Moreno, aseguró que la invitación al mandatario sinaloense para sumarse como funcionario del gobierno federal es a título personal, que Ordaz Coppel debe someter a consideración del Consejo Político Nacional la solicitud para incorporarse, y que en caso de que el CPN no apruebe la licencia y “el cuadro partidista decida aceptar el encargo, esto implicaría la pérdida de su militancia”.
Ahora, será interesante escuchar el debate de la ratificación en la Cámara alta. Veremos cómo reaccionan los legisladores ante la fuerza y los grupos que realmente mandan en regiones enteras.
Por su parte, el canciller Marcelo Ebrard, al igual que en la operación AMLO-Trump para rescatar al general Cienfuegos (acusado en EU de vínculos con el crimen organizado), se doblegará (si quiere permanecer) al mandato de los intereses más oscuros y, a la vez, más claros de la 4T.
Elisa Alanís
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