A una semana de la detención del presidente del Patronato de la UAEH, los candidatos de Morena y los perfiles afines al Grupo Universidad se cayeron políticamente.
Desde las famosas renuncias como la de Areli Maya en Mineral de la Reforma, hasta las modificaciones de planillas en el Valle del Mezquital y la sierra Otomí, los morenistas parecen haberse sacudido a Gerardo Sosa Castelán y compañía.
El único que defendió su posición y se mantiene como candidato es Damián Sosa en Tulancingo, quien tras el arresto de su hermano se erige como el nuevo líder del grupo político de la UAEH, pero con la reserva de que lo empañará el caso en contra de sus familiares, de aquí hasta el día de la elección el 18 de octubre.
En los demás municipios los morenistas parecen haber recobrado la entereza y se quieren alejar del tema Sosa Castelán; incluso, en Tepeapulco donde la aspirante Marisol Ortega, gente muy cercana al todavía presidente del Patronato de la Universidad, no se mencionó nada del tema en el inicio de campaña, ni en sus arengas, ni en su discurso inaugural, lo que evidencia un claro desmarque.
La investigación del gobierno federal en contra del Grupo Universidad terminó dando frutos a los antisosistas que querían fuera a dicha organización para evitar que se quedaran con el control político de las candidaturas y hasta ahora ya les dio resultados.
Los diputados locales de Morena que pertenecen a la fracción universitaria, también están replanteando su apoyo y respaldo; algunos como Ricardo Baptista en Tula, tampoco dieron a conocer ninguna postura sobre el tema de Sosa, sobre las presuntas acusaciones y sobre la vinculación a proceso por delitos como delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. ¿Será estrategia o de plano ya se desconocen unos a otros?
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