Los actos de violencia política suelen ser progresivos en cada elección, es decir, que avanzan poco a poco conforme se acerca la definición en las urnas, que en este caso será el 18 de octubre.
Una de las peores estrategias de campaña es la de enfocarse en el contrincante para buscar debilitarlo, mientras se desatiende lo que podría llegar a ser una excelente difusión de perfil en redes sociales, en campaña digital, en acercamiento constante con las nuevas reglas que ha impuesto la pandemia y que serán las mismas de aquí a 2021, 2022 y así sucesivamente pues las enfermedades de contacto humano seguirán por mucho tiempo.
Por ello no es prioridad de algunos candidatos y sus equipos el estar hablando sobre lo que hace o deja de hacer otro aspirante, mujer u hombre, que ahí se debe poner especial atención por el tema de la violencia política de género.
Sin embargo, no por ello el proceso municipal de Hidalgo está libre de toda culpa en cuanto a juego sucio, pues aparecen de vez en cuando escuadrones digitales que difunden desde noticias falsas, fotos alteradas y mucha desinformación.
Al ser la votación de municipios un evento de más contacto con los vecinos de colonias y fraccionamientos, las cosas también se aminoran en cuanto a los ataques en campaña; esto no debe relajar a las autoridades como el Instituto Estatal Electoral que al parecer esperarán a que haya algo más grande para iniciar algunas sanciones.
De parte de la Procuraduría del estado, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales está muy bien comandada y persigue asuntos de forma oficiosa para que todos los candidatos que estén pensando en hacer alguna bajeza, sepan que la autoridad puede tomar cartas en el asunto de forma inmediata y sin denuncia de por medio.
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