El gobernador Omar Fayad Meneses inicia el último año de su gobierno en Hidalgo con lo que todo mandatario anhela: acuerdos.
Y no es casualidad, pues en política nada lo es, ya que de los cinco años que lleva al frente del Ejecutivo del estado, en al menos tres de ellos se han vivido momentos álgidos en cuanto a la relación con sus opositores.
Desdeñar, más que criticar pues eso es lo más sencillo, el que un representante se siente a escuchar lo que piensan los contrarios a su corriente ideológica o los que buscan administrar el estado porque creen tener mejores formas, no significa que ninguna de las partes estén en contubernio.
Lo más probable es que nadie realmente esté de acuerdo con sus adversarios, pero en ese recae el valor de ejercer un verdadero oficio político. El gobernador Fayad, se puede decir que salió triunfante la tarde del domingo en que rindió su quinto informe.
Ahora inicia la cuenta regresiva en la que afrontará proyectos que permitan dejar un legado de su gobierno y luego medirse ante la ciudadanía en las urnas con el tema de la sucesión en 2022.
Oficialmente no hay nada escrito pero en el papel se llevan varios nombres y temas para desarrollar de aquí a finales de año que es cuando comienza la contienda ante el público en general.
A Fayad, pues, le deben reconocer que tuvo la capacidad de tejer sus acuerdos conforme a los tiempos. En 2016 cuando llegó, comenzó una reingeniería que cimbró hasta a los suyos. En 2018 con el triunfo de AMLO en todo el país, supo adaptarse a la situación de Morena y resistir ante una Legislatura que emergió de la mano del Grupo Universidad. Dos días después de la salida de los diputados de Gerardo Sosa, parece que nadie le debe nada a nadie y todo está en paz política. Veremos cómo le resulta a Fayad el trabajo de estos 5 años en donde al parecer, todo indica, saldrá de nuevo airoso.
Eduardo González
twitter: @laloflu
