Que Morena sigue dando de qué hablar y no se cansa de hacerlo. Desde hace algunos días existe cierto malestar en las brigadas morenistas, debido a la llegada a La Laguna del flamante nuevo coordinador para Gómez Palacio, José Iván Rosas Correa.
Tal vez no se recuerde el nombre de este célebre personaje. Fue acusado por la fabricación de paquetes bomba, en contra de unas jovencitas hace algunos años. Esto puso a pensar a más de una y decidieron abandonar las brigadas.
Que quien no debe estar nada contento es el mandamás del estado de Durango, el gobernador José Rosas Aispuro, pues ha tenido que aguantar algunos reveses de sus “amigos”. Y es que se rumora que tras bambalinas se había llegado a un acuerdo con uno de los partidos regionales de la chiquillada en hacer trabajo de campo para restar la fuerza morenista, sin embargo como en política no hay nada escrito, todos los candidatos a diputado local de este partido rémora, declinaron en días pasados a favor de Omar Castañeda, lo cual celebró con bombo y platillo y cómo si hubiera ganado las elecciones, el recién llegado a la dirigencia estatal Otniel García.
Si suman o no gente está por verse, pero esta acción es de las que duelen y no se olvidan.
Que alguien está aprovechando su papel de primera autoridad y haciendo la suerte de la mano que mece la cuna, pues está volcando toda la estructura municipal para hacer travesuras a los candidatos de la Alianza va por Durango.
En apariencia hay preocupación por los malos resultados de los candidatos morenistas así que se ha decidido echar mano de todos los departamentos municipales para complicar y restringir los eventos y cierres de sus adversarios. En fin así son las cosas en la política.
Que Omar Castañeda, candidato de Morena a diputado por el distrito 02 de Durango, no pudo sucumbir a la nostalgia y recordó que sufrió abandono paterno y que con ocho hermanos, una mamá soltera de oficio costurera tuvo que pasar su infancia en el internado Francisco Zarco, de Gómez Palacio, para poder sobrevivir. También agradeció a los vecinos generosos que los asistían con comida, cuando su mamá por el trabajo, no podía alimentarlos. El niño de Trincheras, dice que es posible avanzar, sin embargo, es el Estado quien debe asistir institucionalmente a esos niños huérfanos por la delincuencia y el Covid-19. Lo promete.
