Que “El Paseo por El Nacimiento, Negros Mascogos’’, recientemente ganó un premio de turismo cultural en el Tianguis Internacional Virtual 2020, reconocimiento que no llegó a manos de Laura Herrera, representante de la comunidad afroamericana coahuilense, quien una vez más denunció que su gente fue utilizada por las autoridades de turismo estatal y municipal.
Que a Laura, quien impulsó con recurso otorgado por el gobierno de la República un restaurancito llamado “El maná del cielito”, le hicieron movilizarse absorbiendo gastos para “ensayar” el discurso que daría en la ceremonia que se realizó en la capital del estado, y en la cual fue suplantada por la directora de turismo, Josefina Cantú. A través de las redes sociales el escándalo se hizo público pues hasta la alcaldesa de Múzquiz, Luisa Alejandra Santos, se paró el cuello por un trabajo que no elaboró su dirección, en tanto que Herlinda de la Cruz, de la Secretaría de Turismo, dejó de contestarle los mensajes a Laura Herrera quien indignada les recordó que ellos no hicieron nada y que el oportunismo se traduce en la utilización de los negros mascogos como si fueran un objeto cultural curioso y no parte de la comunidad coahuilense. Mal tema.
Que ante los casos de brutalidad policiaca y una vez separado de su cargo como director de Tránsito y Vialidad, Pedro Luis Bernal Espinosa espera que su protector el alcalde, de Torreón Jorge Zermeño Infante, se compadezca de él y lo acomode en otra área del gobierno municipal, en el Tribunal de Justicia, por ejemplo, aunque no sea de presidente.
Para sucederlo, se mencionan a Juan Antonio López, director de Inspección y Verificación, así como a Néstor Villarreal, ex director de la Academia de Policía.
Quien quede será subalterno de Primo García Cervantes, que de director será titular de la nueva Secretaría de Seguridad Pública de la que dependerá la Dirección de Tránsito y Vialidad. Llama la atención que en las redes sociales hubo muy pocas menciones a favor de Bernal Espinosa, quién se sentía intocable y estaba convertido en un recaudador de ingresos, vía multas, y en un complaciente funcionario de los abusos de sus agentes.