Que recientes encuestas, que ya circulan por redes sociales y grupos de Whats App, colocan al Partido Acción Nacional (PAN) con 10 puntos abajo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), situación que ya prendió las alarmas en el instituto político y que confían en revertir con la calidad de los contendientes. Ya se verá.
Los principales aspirantes Jorge Salum y Antonio Ochoa representan la esperanza de este partido, por varias razones. Son personajes apreciados, saben hacer política y tienen trayectoria. Sin embargo, la sombra del doctor José Ramón Enríquez, que sigue moviendo sus piezas a nivel nacional para poder realizar una alianza con el PAN y adueñarse de la candidatura a la reelección, sigue atormentando a los auténticos panistas.
Algunos analistas opinan que el doctor antes de pensar en su reelección debe solventar los temas legales que tiene pendientes. Los dirigentes y afiliados de Acción Nacional no quieren a Enríquez en sus filas, por lo que de no lograr un acuerdo, por ley deberá buscar la venía del PRD, otro partido que iba en alianza en las elecciones donde resultó ganador. El PRD agoniza en Durango por lo que no resultaría extraña una alianza para sobrevivir.
Que Miguel Ángel Riquelme Solís, el gobernador de Coahuila, estuvo muy contento con el desempeño de su Secretario de Salud Roberto Bernal, luego que solventó una serie de carencias en el Hospital General, de Torreón. Los cercanos al mandatario estatal señalan que “paso a pasito” Bernal Gómez está avanzando en la responsabilidad que le confirió el mandatario estatal, de mejorar la atención en hospitales y unidades médicas del estado.
Ayer estuvo Riquelme por La Laguna y se hizo acompañar de Gómez. La entrega de equipo a la institución médica puso de buen humor a Riquelme y le otorgó una “estrellita en la frente” a su colaborador.
Que los diversos grupos de priistas vieron con agrado la llegada de Eduardo Olmos al PRI municipal, conscientes que la tarea es la unidad, y porque, cada quien por su lado como andan actualmente los tricolores, requieren de alguien que trabaje, no por una candidatura, sino por la reunificación. Y es que el antecesor, Hugo Dávila, simplemente no hizo nada.
Y en cuanto a Shamir Fernández, sí le imprimió un gran dinamismo en los tres años que estuvo al frente del Comité Municipal, pero no a favor de la unidad del Partido sino en pro de la construcción de una candidatura que finalmente no logró. Lo que dejó fue un PRI desunido y una decepción de los “tata mandones”. Ni modo.
