Que el sector constructor en la zona sur de Tamaulipas se “frota las manos” tras la promesa hecha por el gobernador Américo Villarreal Anaya de entregarles obras, varias a ejecutar en los primeros meses del próximo 2023. Según les dejó entrever en reunión sostenida antes de Navidad, los empresarios locales serán los primeros en considerarse, muy diferente a los Vientos de Cambio.
Que esa fue la queja de los involucrados en la actividad, pues los proyectos grandes siempre eran ganados por compañías de Reynosa, algunas informales y señaladas por la CMIC. En su momento, esta problemática se le hizo ver a la ex secretaria de Obras Públicas Cecilia del Alto y a los ex directores del Itife Germán Pacheco y Juan Patiño, pero nunca les hicieron caso.
Que la mudanza de varias oficinas de gobierno instaladas en la zona sur, entre ellas la Secretaría de Turismo, dejó muy mal parados a varios proveedores del pasado sexenio, entre ellos panistas propietarios de inmuebles. A muchos les dieron diplomáticamente las gracias, pero “sus servicios ya no serán requeridos”. Ahora, buscan nuevos inquilinos.
Que la recuperación de la Junta de Coordinación Política será la prioridad para Morena ahora que inicie el 15 de enero el siguiente periodo ordinario de sesiones en el Congreso del estado, donde Acción Nacional seguirá debilitándose y no podrá impedir que el guinda tome el control, pues ellos les mostraron la manera de hacerlo.
Que en ese sentido, quien llega al año nuevo preocupado es seguramente el auditor superior del estado Jorge Espino Ascanio, pues el hombre de todas las confianzas del cabecismo es uno de los primeros que están en la mira de la bancada morenista para quitarlo del cargo. ¿Decidirá irse antes que ello suceda? Sería lo más sensato.
Que las campañas electorales de senador van marcadas también por un vacío de liderazgos locales de los partidos políticos donde, ahora más que nunca, no se escuchan, ni se ven, ni se sabe si están presentes los dirigentes, pues pasan totalmente desapercibidos. _