Que la agenda de la presidenta Claudia Sheinbaum con algunos pendientes por atender (aunque sin precisar), tiene pendiente su presencia este día en Nuevo Laredo para la inauguración del puente ferroviario internacional sobre el río Bravo, manifestado en la conferencia de prensa matutina de este miércoles en Querétaro.
Que los otros datos de la Cuatroté del sur de Tamaulipas provocaron una reunión con el Inegi para saber todo sobre el levantamiento de la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) y enfrentar información, ya que nomás no les cuadra por qué la zona creció en percepción de inseguridad. Lo cierto también es que antes de conocerse el último reporte del sondeo ciudadano se presumía la posición y no se cuestionaba el cómo.
Que en la administración humanista de Tampico el subdirector de Vía Pública, Marco Sandoval le gritó a la directora de ingresos de la administración Karina Meléndez, con el fin de resolver un tema laboral. Ya estamos hablando de violencia de género en un momento de paz.
Que el rector Dámaso Anaya, se reunió con el magistrado del Tribunal Electoral de Tamaulipas Édgar Arroyo Villarreal, como parte, dijo el primero, de una estrategia de vinculación con los distintos sectores, además de mencionar que el jurista es egresado de la UAT y “un ejemplo del talento” que ahí se forma. ¿No se pondría celoso el presidente del Trieltam René Osiris Sánchez?
Que el director general del Centro de Conciliación Laboral del Estado, José Ives Soberón Mejía fue electo secretario técnico de la Comisión Nacional de Centros de Conciliación Laboral para el periodo 2025-2027, sin embargo, tal vez no dure tanto, pues está dentro de la contienda del Poder Judicial.
Que después de la reciente manifestación en su contra, parece ser que Alejandro Ceniceros y Arsenio Ortega ya están en la mira y no se van a seguir perpetuando en la dirigencia del Partido del Trabajo. Los militantes que los acusaron de no dar cuentas de los dineros que reciben, sin duda no se mueven solos, lo que hace pensar que desde altas instancias partidistas los traen en salsa.
