Que a nadie extraña que el tema de la reforma judicial en el Estado de México esté corriendo al mismo ritmo frenético con el que se agilizó el tema de origen en el Congreso de la Unión. Está claro que las modificaciones aquí derivan de la legislación federal, aunque ciertamente se proyectan adecuaciones que se observan como mejoras. Ayer, con la presencia del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo, el Congreso estatal inició los trabajos en comisiones y todo podría aprobarse esta misma semana.
Que eso no termina de consumar todo el procedimiento, al menos en la parte federal falta algo tan complejo como polémico: la elección de jueces y magistrados del PJF en territorio mexiquense. Ayer también el Consejo local del INE se instaló con esos fines, sin embargo los propios consejeros expresaron que aún hay dudas: no saben exactamente cuántos cargos se renovarían, si habrá casillas o módulos y, lo más escabroso, el presupuesto que se va a requerir. En fin, conforme avanzan las cosas se irán despejando incógnitas.
Que en otro tema, muy bien lució la diputada del distrito 24 de Ciudad Nezahualcóyotl, la morenista Susana Estrada Rojas. La legisladora dio a conocer que durante toda su gestión donará la totalidad de su dieta a la población vulnerable del municipio que representa, que requiera apoyo. Sin duda un gesto que se gana la aceptación popular, y estará afinando el procedimiento para quien solicite algo de esos recursos, por ejemplo que compruebe residir en esta localidad y demuestre la necesidad. Bien.
Que quien para variar anda dando pena ajena es el alcalde de Toluca, Juan Maccise. Solo le falta cerrar su breve y triste periodo al estilo de Juan Rodolfo, con las calles atestadas de basura por su desastre administrativo. Resulta que unos 50 bomberos de Toluca se manifestaron a las afueras de palacio municipal para exigir el pago de su aguinaldo, prestaciones y otros temas.
Conociendo al edil, probablemente accederá primero a pagarle los salarios pendientes que exige su antecesor en el cargo, que sigue sujeto a proceso penal, antes que poner un poco de orden en el relajo en el que convirtió a la capital.
