Que el golpe mediático de renunciar al PRI a unos días de la votación que dio la derrotada candidata al gobierno mexiquense, Alejandra Del Moral Vela, generó todo tipo de reacciones pero quizá en la balanza no le fue muy bien con la espectacular maroma política. Y es que, además de que muchos personajes la catalogaron como traidora, enseguida circularon numerosos videos de cuando despotricaba contra Morena, con cuya candidata presidencial ya se tomó la foto.
Es esa terca memoria que expone incongruencias. Ahora tal vez podría seguir el método de quien la animó a dar el salto, y afirmar que en aquel entonces “solo hablaba a la ligera”. El mejor argumento que podría cubrirla de la tormenta es la crítica agria a su tocayo Alejandro Moreno, quien ciertamente no goza de las mayores simpatías. Ahí sí varios podrán coincidir con ella.
Que por su parte, los de la 4T, de cuya sombra quizá Del Moral esperaba un poco más de cobijo, no reaccionaron con especial entusiasmo. A juzgar por la mayoría, parecía que se les hubiera adherido una suplente de regidor en algún pequeño ayuntamiento. Quizá exista más recelo que alegría ante su llegada, pues es una boca más que alimentar con el pastel que ya se andan queriendo repartir.
Que por cierto, el PRI mexiquense tiene una larga lista de militantes distinguidos que serán expulsados por apoyar a la competencia. Seguramente después del 2 de junio vendrá esa purga, que en realidad será una mera formalidad, porque aquellos solitos se fueron hace tiempo ¡y hasta serán votados el próximo domingo!
Que el Consejo General del IEEM deberá sancionar a los partidos que no cumplieron con subir la información de sus candidatos al portal digital Conóceles, como lo mandata la ley. Aunque algunos siguen como chamacos de primaria haciendo la tarea a última hora, el plazo fue de 15 días naturales a partir del arranque de campañas.
Era una oportunidad para exponer propuestas y perfil, y de paso hasta ahorrarse un dinerito en publicidad. A ver qué dice el Instituto, y ojalá ya baste de consideraciones, porque si no, los partidos nunca entenderán.
