Que en donde se han entendido las alarmas es en Pachuca pues los robos están a la orden día. Las farmacias han sido blanco de los delincuentes los últimos días y el secretario de Seguridad Pública municipal, Juan Manuel Ayala Guarro, brilla por su ausencia. En lugar de estar presente en las actividades del presidente municipal Jorge Reyes para dar la cara le deja todo la responsabilidad al alcalde capitalino quien debe responder a los cuestionamientos de la prensa. Algo no anda bien en la Secretaría de Seguridad Pública y se nota en la ciudad.
Que en donde tuvieron que apechugar fue en la Secretaría de Seguridad Pública estatal luego del desalojo de manifestantes el domingo en la carretera México-Pachuca, en donde quedaron grabadas en videos las agresiones de los policías estatales a los ciudadanos. Un elemento fue suspendido tras lo sucedido y el secretario de Seguridad Pública estatal, Salvador Cruz Neri, no le quedó más remedio que admitir que el numerito de sus policías dejó mal parada a la Secretaría.
Que quien no merece ni una palabra del gobernador Julio Menchaca Salazar es el ex titular del Patronato de la UAEH Gerardo Sosa Castelán, pues el mandatario estatal prefirió no opinar sobre su situación jurídica y mantuvo la distancia del caso, “esto debe responderlo la persona interesada no puedo manifestar opinión alguna”; sin embargo, aseguró que es un tema que “no debe politizarse, es jurídico”, y por ello no merece un comentario, “no debe mezclarse con decisiones políticas y respuestas de este carácter”… sentenció.
Que quien regresó al escenario sólo para hacerse la víctima fue el ex diputado local Ricardo Baptista González, ahora sin cargo o una posición privilegiada convocó a la prensa para dar conocer una supuesta “persecución política” por parte del gobierno estatal; ¿será que tiene un poder oculto que nadie conoce?, ¿quiere aparentar algo que no tiene?, ¿busca llamar la atención? Quizá debería reapropiarse de aquel famoso dicho cuando se despidió de su cargo en el Legislativo y pasó desapercibido en el ayuntamiento de Tula: “que le vaya bien”... usted juzgue.
